viernes, 18 de diciembre de 2020

DE NUEVO SOBRE LOS MOLINOS "MORISCOS" DE ALPUJATA O EL PATRIMONIO HISTÓRICO CULTURAL DE CARÁCTER HIDRÁULICO EN EL PARAJE DE ALPUJATA (MONDA) II

 

Esta entrada es continuación de otra anterior: DE NUEVO SOBRE LOS MOLINOS "MORISCOS" DE ALPUJATA O EL PATRIMONIO HISTÓRICO CULTURAL DE CARÁCTER HIDRÁULICO EN EL PARAJE DE ALPUJATA  y tiene la particularidad de contar con dos extraordinarias colaboraciones, por un lado, la de mi madre, Encarnita Guerra, que desde una perspectiva particularmente vital y experiencial, antropológica, nos va a hablar sobre el duro y necesario trabajo que desarrollaban aquellas mujeres mondeñas a las que no les quedaba más remedio que ir andando cargadas de ropa para lavarla en los arroyos de Alpujata, antaño más caudalosos y generosos en aguas, y la de un grandísimo conocedor y amante de nuestro medio natural como es el biólogo mondeño Miguel Ángel Puerto González, que nos va a ilustrar sobre las singularidades botánicas de Alpujata, conformadas a partir de un soporte geológico de extraordinaria singularidad: la roca peridotita, de la que ya hemos hablado in extenso en este humilde blog en LAS PERIDOTITAS. UN VALOR GEOLÓGICO Y CULTURAL PARA LA PROPUESTA DEL PARQUE NACIONAL SIERRA DE LAS NIEVES. Conviene señalar que Miguel es licenciado en biología por la UMA, estudios que cursó con una extraordinaria vocación; es, también, miembro del Instituto Español de Oceanografía, en cuyo Centro Oceanográfico de Málaga trabaja desde hace varios lustros, y autor de numerosos estudios y artículos científicos versados primordialmente en su área de trabajo. También es coautor de un interesante y práctico libro "MORRALLA". COCINA Y PESCA SOSTENIBLES".

 



 

Comencemos con Miguel, al que le debo una caja de cervezas por su predisposición a colaborar de forma desinteresada compartiendo sus vastos conocimientos y el cariño por su tierra con todos nosotros al darnos a conocer las singularidades de uno de nuestros rinconcitos de mayor valor biológico y antropológico. Y es que en Monda, aunque no lo creamos, tenemos un capital humano de la hostia.

¡Adelante Capitán Chirla!

 

Las joyas botánicas de la Alpujata mondeña

A nivel de la super­ficie terrestre, los afloramientos de peridotitas, rocas volcánicas de carácter intrusivo, constituyen una gran originalidad a nivel litológico. Dentro de la Península Ibérica, los afloramientos más importantes se encuentran en las cordilleras béticas, con pequeñas masas en Almería (Sierra Nevada y Los Filabres) y las mayores en la provincia de Málaga (Sierra Bermeja, Sierra Parda, Sierra de Alpujata y Sierra de la Robla). 

Afloramientos de peritotitas en la provincia de Málaga

Los hábitats serpentínicos son muy selectivos. La composición litológica se caracteriza por el alto contenido en Fe y Mg y bajo en Ca, las deficiencias de nutrientes (N, P, K) e infertilidad del suelo, las concentraciones tóxicas de metales pesados como Cr, Ni, Co, Va, etc., la lenta formación de suelo y la elevada xerotermicidad.  De hecho, solo una pequeña parte de los táxones vegetales están adaptados a crecer bajo estas condiciones.

La Sierra de Alpujata abarca los términos municipales de Mijas, Coín, Ojén y Monda, y presenta altitudes entre 140 y 1074 m. Destaca por la naturaleza de su roca, compuesta principalmente por peridotitas, apareciendo alrededor de estos materiales, rocas de naturaleza metamórfica como mármoles y gneises. Se trata del segundo afloramiento peridotítico en extensión (71Km2) de todos los de la provincia de Málaga y del sur de la Península, y tercera en cuanto a vegetación serpentinícola (Pérez Latorre et al. 2013). La presencia de especies endémicas y protegidas hace que nuestra querida y valorada Sierra sea una muy buena candidata para ser propuesta y declarada como LIC (Lugar de Interés Comunitario).

La Sierra de Alpujata

Panorámica de la Sierra de Alpujata desde el sur

La Sierra de Alpujata desde el arroyo Alcazarín

Aunque la importancia ecológica de la zona ha sido constatada en distintos estudios (Cabezudo et al. 2005, Pérez Latorre et al. 2013, Gavira-Romero et al. 2016), éstos son muy escasos y desde el punto de vista botánico, la Sierra de Alpujata a recibido poca atención. Sin embargo, cuando se me propuso realizar este trabajo, y a sabiendas de la dificultad que entrañaba, no pude resistirme a querer indagar; e incluso desde mi humilde posición, intentar aportar mi granito de arena al conocimiento y divulgación de este no por casi desconocido, valioso y cercano lugar.

A continuación, y tras analizar la escasa información científica disponible, presento un listado de 19 especies, la mayoría citadas en Monda y que he considerado “Las joyas botánicas de la Alpujata mondeña”. Para realizar la selección se han tenido en cuenta el tanto el grado de endemismo como sus niveles de protección y categoría de amenaza (Cabezudo et al. 2005).

Comencemos este viaje por la especie de mayor distribución, es endemismo euroasiático y se trata de Euphorbia esula subsp. esula.

Como endemismos ibero-magrebí y bético-rifeño, caben destacar Digitalis obscura subsp. laciniata y Klasea baetica. La primera, catalogada en la Lista Roja de la flora vascular de Andalucía en la categoría de datos insuficientes (DD) para poder ser evaluada, e incluida en el Listado Andaluz de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. La segunda, está catalogada en peligro de extinción (EN). Sin embargo, esta última no ha sido confirmada en nuestro término municipal. Hecho que la convierte en una planta muy interesante a nivel botánico vecinal.

Digitalis obscura
 
Klasea Baetica

 

Este tipo de endemismos intercontinentales, tienen su explicación en que hace unos 8 millones de años (Tortoniense), los territorios del occidente bético y los rifeños se encontraban unidos formando un pequeño continente aislado de las masas continentales adyacentes. No fue hasta hace 5,3 m. a. (Messiniense), cuando el Estrecho de Gibraltar se separó e inundó la cuenca del Mar Mediterráneo tal como la conocemos hoy, aislando definitivamente la cordillera bética de la rifeña y por consiguiente sus floras.

Decreciendo en cuanto a distribución, nos encontramos con Centaurea prolongoi, endemismo andaluz (bético) y especie catalogada como vulnerable a la extinción (VU).

Como plantas prácticamente exclusivas de Cádiz y Málaga (Endemismo aljíbico-bermejense) destacan Elaeoselinumaspledium subsp. millefolium, Genista hirsuta subsp. lanuginosa y Linaria tristis subsp. tristis. Tres subespecies que carecen de figura de protección. Toca hacer una mención especial al pinsapo (Abies pinsapo), emblema del futuro Parque Nacional de la Sierra de las Nieves y catalogado EN. Especie de distribución restringida, que ocupa una extensión aproximada de 2350 hectáreas repartidas en la Sierra de las Nieves de Ronda, en Sierra Bermeja de Estepona y en la Sierra del Pinar de Grazalena, aunque pueden encontrarse pinsapos más o menos aislados o formando pequeños bosquetes en distintos términos municipales, como es el caso de Monda (Cabezudo et al. 2005) y la sierra que ahora nos ocupa. Tanto este árbol como Arenaria retusa son endemismos bermejense-rondeños.

Las especies más importantes atendiendo a su limitada distribución, serían los endemismos bermejenses. A nivel mundial solo se encuentran en las sierras peridotíticas de la provincia de Málaga, con la importancia que esto representa hacia su conservación. Destacan Armeria villosa subsp. carratracensis y Silene fernandezii, catalogadas EN; Saxifraga gemmulosa e Iberis fontqueri catalogadas VU, esta última incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Real Decreto 139/2011); y Alyssum serpyllifolium subsp. malacitanus, Linum suffruticosum subsp. carratracensis, Staehelina baetica y Teucrium reverchonii no catalogadas ni protegidas, pero no por ello menos importantes ni representativas.

Saxifraga gemmulosa fue descubierta y descrita por Pierre Edmund Boissier en Sierra Bermeja en 1838 y maravillosamente ilustrada en su obra Voyage Botanique (Boissier 1839-45). También “padre botánico” del pinsapo (Boissier 1838), suizo que describió multitud de especies durante sus viajes por el sur de España en el siglo XIX, muchas de ellas en nuestra vecina Sierra Bermeja. Junto con Alyssum serpyllifolium subsp. malacitanus son hiperacumuladoras de Niquel, mostrando elevados niveles en sus tejidos (Blanca et al. 2009). Esto las convierte en dos plantas bastante particulares y exclusivas de nuestra flora.

Saxifraga gemmulosa

Silene fernandezii es una típica planta rupícola, crece entre los 600 y los 1500 m., en pedregales, taludes y fisuras de rocas.

Dentro de este grupo de endemismos, además he considerado dos plantas descritas recientemente para la ciencia, Galatella malacitana (Blanca et al. 2015) y Ophrys alpujata (Riechelmann & KholMüller, 2019).

Galatella malacitana (Familia Asteraceae) fue descrita en 2015 durante los trabajos realizados por Blanca et al. en las sierras peridotíticas malagueñas. Se considera un endemismo del sur peninsular restringida a la provincia de Málaga. Crece entre 400 y 700 m., en zonas de matorral abierto y exclusivamente sobre suelos peridotíticos. Solo se conocen tres localidades, y aunque no ha sido citada en Monda, podría encontrarse presente. Fue localizada en Alpujata en el municipio de Coín. 

 

Galatella malacitana

La orquídea (Famila Orchidaceae) Ophrys alpujata fue descrita en 2019 por Adolf Riechelmann y Hans KholMüller, en la Sierra de Alpujata a 434 m sobre el nivel del mar en el término municipal de Monda (Holotipo). Es muy parecida a la ampliamente distribuida Ophrys fusca. Sin embargo, O. alpujata es más pequeña y entre los lóbulos laterales y los lóbulos medios del labelo presenta un claro espacio visible. Ambas tienen tallo liso, flexible y de color verde amarillento. Hojas de color verde azulado dispuestas en la base. Inflorescencia con número variable de flores de aspecto general amarillo. Sépalos verde amarillentos. Labelo con bordes externos amarillos y anchos y una gran mácula o mancha central de color marrón. En el centro de la mácula aparece el espéculo, de color gris azulado brillante. 

 

Ophrys Alpujata

Tras el breve “paseo” por la Sierra de Alpujata, y algunas de sus rarezas y peculiaridades florísticas, me gustaría detenerme para incidir en la importancia de la conservación de éste, “nuestro territorio” y de la flora y fauna que lo acompaña. Y digo nuestro, y lo entrecomillo porque no es para nada nuestro, sino de nuestras generaciones venideras. El carácter endémico, y por lo tanto la limitada distribución de estos taxones los hace muy sensibles a la extinción, por ello muchos se encuentren catalogados bajo alguna figura de protección. Sus principales amenazas son los incendios, cabe reseñar el producido durante el verano de 2012; el pastoreo y determinadas actividades forestales como la apertura de carriles, los desbroces, desmontes, etc. Últimamente son muchas las actividades lúdicas que se realizan en terrenos forestales, un paseo, la recolección de determinadas plantas, o actos tan inocentes como andar fuera de los caminos rurales podrían afectar a “nuestras joyas”, de ahí la importancia de poder conocerlas para así valorarlas y respetarlas. Cómo explicarle a nuestros hijos o nietos que, por no saber valorar nuestro entorno, perdimos especies tan emblemáticas como el pinsapo. Cómo explicarles que son menos importantes pequeñas Orquídeas recién descubiertas, o “insignificantes” plantas rupícolas, que portentosos árboles que conviven con nosotros desde milenios y fueron descritos hace siglos.

 

Ante una pregunta incómoda, ……….., conservación y respeto.

Miguel Ángel Puerto González

 

Bibliografía:

Díez-Garretas, B., Asensi, A., Rufo, L., Rodríguez, N., Sánchez-Mata, D., Amils, R., and de la Fuente, V. 2009 Saxifraga gemmulosa Boiss. (Saxifragaceae), an Endemic Nickel Bioindicator from Ultramafic Areas of the Southern Iberian Peninsula, Northeastern Naturalist. 16 (5): 56-64.

Blanca, G., Gavira, O. & Santiago-Suárez, V. N. 2015. Galatella malacitana (Asteraceae): A new species from the peridotitic mountains of southern Spain. Phytotaxa. 205 (4): 239-248.

Boissier, P. E. 1838. Notice sur ‘l Abies pinsapo. Bibliothèque Universelle de Genève. Genève, Switzerland.

Boissier, P. E. 1839-45. Voyage Botanique dans le Mini de l’Espagne. 2 volumes. París, France.

Cabezudo, B.; Talavera, S. Blanca, G.; Salazar, C.; Cueto, M.; Valdés, B.; Hernández-Vermejo, J. E.; Herrera, C. M.; Rodriguez-Hidalgo, C. & Navas, D. 2005. Lista Roja de la flora vascular de Andalucía. Junta de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente, Sevilla.

Gavira-Romero, O. N.; Hevilla-Ordóñez, S. & Cano-García, E. 2016. Aportaciones a la flora de Sierra Alpujata y Sierra Blanca (Coín, Málaga). Bot. complut 40: 75-102.

Pérez Latorre, A. V.; Hidalgo Triana, N.; Casimiro-Soriguer, F. & Cabezudo, B. 2013. Flora y vegetación serpentinícola ibérica: Sierras de Alpujata y de la Robla (Málaga, España). Lagascalia 33: 43-74.

Riechelmann, A. & KholMüller, H. 2019. Ophrys alpujata – eien neue Orchideenart aus der Provinz Málaga. Ver. Arbeitskrs. Heim. Orchid. 36 (1): 265-276.

Otras fuentes:

. Ophrys alpujata:

https://flora.biologiasur.org/index.php/ophrys-alpujata

https://www.diariosur.es/sociedad/nueva-orquidea-malaga-20200429184611-nt.html

http://www.ophrys.cat/ophrys_alpujata.html

. Messiniense:

https://www.youtube.com/watch?v=oX6j3lNMg1k

 

 

 

EL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL LIGADO A LAS HUERTAS DE ALPUJATA

 

Además del ingente e importante patrimonio cultural material ligado al agua que sucintamente hemos descrito en la entrada anterior, existe un extraordinario patrimonio inmaterial que se está perdiendo casi de forma irremisible y que ya sólo habita en algunos rincones la memoria, sobre todo en la de los más mayores, en forma de recuerdos, vivencias, experiencias… cargadas de grandes dosis de nostalgia.

Ese patrimonio inmaterial está estrechamente relacionado con los antiguos oficios, usos y costumbres desarrollados en este espacio de huerta y sus inmediaciones, fuertemente ligados al aprovechamiento del agua. Hablamos de antiguos oficios como el del alcalde del agua, el de agricultor, el de molinero, los trabajadores de las fibras vegetales, las lavanderas… y de los que vamos a hablar a continuación, así que, veamos.

 

 
Las huertas de Alpujaa


El agua vivificadora procedente del arroyo de Alpujata y arteriada a través de la Acequia Madre hasta la Alberca Grande se repartía por turnos a los agricultores y para ello existía una figura responsable, el alcalde del agua, que tiene su origen en el mundo andalusí y que se ocupaba de la administración de las aguas y de los turnos de riego.

Hace unos años tuve la oportunidad de entrevistar a Paco Jiménez, uno de los últimos alcaldes del agua de Monda, al cual, desde esta humilde tribuna digital, quiero mostrar públicamente mi agradecimiento tanto su extraordinaria hospitalidad al atendernos en su casa como a los recuerdos y conocimientos que compartió con nosotros. 

Paco, con su Turia

En el reparto de las horas y turnos de riego resulta que a muchos agricultores les tocaba regar de noche, de madrugada… y otros contaban con albercas en sus parcelas para almacenar el agua de su turno y luego emplearla en el riego cuando mejor le viniera. Aun así, siempre había disputas y desacuerdos entre los regantes. Me contaba mi madre, con ilusión infantil, que en sus vívidos recuerdos de niñez mientras jugaba con el agua de la acequia, todavía ve a su abuelo materno con su azada, su chapulina, tomando un merecido descanso sobre sus robustos hombros mientras que charlaba distendidamente con el alcalde del agua. A esa curiosa chiquilla a la que le colgaban dos zaínas trenzas le llamaba poderosamente la atención el reloj de arena que le auxiliaba en la ardua y arriesgada tarea de establecer los turnos de riego, que tanto fascinaba a mi madre.

 

La Alberca Grande ¡Cuántos chapuzones de crío y no tan crío!


Las aguas del arroyo, debidamente canalizadas y repartidas entre los regantes, iba a parar a los tableros donde hacían crecer numerosos árboles frutales, cultivos, viñas, trigo… que luego alimentaban a los mondeños.

En el Libro de Apeo de Monda (1572), en lo que se refiere al apeo de las tierras de secano y regadío que tuvo lugar el día 31/01/1572, se habla del Pago de Alpujata:

 

Pago de Alpuxata

 

En este pago de Alpuxata, se apearon las tierras de riego que en él abrá y se fueron dibidiendo para claridad en esta manera.

Apeose un partido de tierras de riego en el dicho pago que es el que se riega por una madre de agua que comiensa desde una albera que es a la parte alta de la dicha azequia, hasta llegar a un arroio, que ba todo fecho suertes y bancales, repartido entre todos los moriscos bezinos de la dicha villa de Monda, que hará este partido seis fanegas de sembradura, tiene algunos árboles de zeresos y albarcoques de poco probecho. 

Apeoso otro trance de tierra de riego desmontada y fecha bancales en que asimismo tenían parte todos los dichos moriscos, por dicha madre de agua, del grandor de la que está dicha, que hará otras seis fanegadas de la dicha tierra poco más o menos. 

En el dicho pago más delante de la dicha tierra, se apeó un pedazo de tierra de riego plantada de algunos árboles frutales de poco probecho que hará media fanegada el suelo y era de Romero Martín Almodobar morisco. 

Otro pedazo de tierra de riego con algunos árboles frutales que están maltratados en el dicho pago que eran de Pedro Haxen, linde con los montes que hará fanegada e media.

Red de acequias actual, según Antonio Ordóñez Frías


Agua con que se riega

 

En la dicha tierra de riego, declararon los dichos alamines que sembraban linos y algunas ortalizas y melonares, todo para su gasto y era de poco probecho. 

La qual dicha tierra se regaba con el agua que viene del río Alpuxata que sale de la moxonera de Marbella y entra en una alberca grande y allí se recoje por sus bezes y dulas, regaban la dicha tierra los dichos moriscos sin otra orden ninguna y la dicha agua era de las dichas tierras e no para otro aprobechamiento, porque no era necesaria para otra cosa, apeose y bisitose que por ser de todos los bezinos de Monda y ser tan poca la parte de cada uno, no se puso en particular la cantidad de cada uno.

 

Sabemos que, según el Libro del Apeo, en el siglo XVI había en Alpujata una superficie irrigada de unas 14 fanegas, aproximadamente; había plantíos de cerezos, albaricoques, árboles frutales, hortalizas, melonares, lino, cereal (que ocupaba 1,5 fanegas) y unos 28 morales para abastecer a la pequeña industria doméstica de la seda, de la que se ocupaban las féminas (otra preciosa historia por contar…), sin embargo, no parece que este espacio de regadío en esa época tuviera una gran importancia, según se desprende del mencionado documento:

En la dicha tierra de riego, declararon los dichos alamines que sembraban linos y algunas ortalizas y melonares, todo para su gasto y era de poco probecho.

Señalar que cerezos, albaricoques y melones, tienen su origen en Asia, mientras que el lino, hay autores que piensan que procede de Asia y otros de Egipto. Sea como fuere, se trata de cultivos importados, traídos por la cultura islámica en ese trasiego de siglos de personas, mentalidades, ideas, productos, conocimientos, técnicas… que se produjo de una punta al otro del Islam medieval.

El siguiente documento de interés relacionado con el tema que nos toca, son las Ordenanzas de Monda, del año 1574, recogidas también en su libro por José Antonio Urbano. Las primeras ordenanzas, que databan de la primera mitad del siglo XVI, no se han conservado, por desgracia. Pero si disponemos de las siguientes, extenso documento que se elaboró para establecer las normas de convivencia entre los repobladores cristianos tras la expulsión de los moriscos. En ellas en lo tocante a los riegos establece una serie de normas.


 

ORDENANÇAS DE LOS RIEGOS 

44. En lo tocante a los riegos de esta villa y su término se hordena que en cada un año aya una persona nombrada y elegida por botos cuando se hiziere la electión de los de más ofiçios el qual sea alcalde del agua para que con liçençia del dicho alcalde y no de otra manera, las personas que ubieren de regar y aprovecharse de qualesquier aguas, lo hagan por su horden y con su liçençia y no de otra manera, so pena de duzientos maravedís a cada uno que lo contrario hiziere, aplicado la tercia parte para el tal alcalde y las otras dos partes para los propios del conçejo.

Como vemos, cada año debía nombrarse un alcalde del agua, un responsable de que los turnos de riego se respetaran. Este personaje se votaba anualmente y tenía capacidad de sancionar a aquellos que se saltaran los turnos de riego que les correspondiera. El alcalde del agua desprendía cierta autoridad.

 

45. Las personas a quien tocaren los dichos riegos an de ser obligados cada uno en su pertenençia a limpiar las açequias en el tiempo y por la horden que fuere mandado por el dicho alcalde del agua o por la justicia en su ausencia, para que libremente y sin estorvo se rieguen las tierras y sembrados so pena de çien maravedís a cada uno que lo contrario hiziere y más que a su costa se pueda hacer y lo mismo se entienda en los caminos y entradas y veredas de las dichas tierras de riego.

 

Los regantes tenían la obligación de mantener limpias sus acequias siguiendo las indicaciones del alcalde del agua, asunto nada baladí porque si las acequias no se cuidaban, no se limpiaban o rehacían, se perjudicaba al resto de regantes. En esta época es muy posible que la mayoría de las acequias de riego no fueran de obra, sino que se tratara de surcos en la superficie por donde circulaba el agua, con la pérdida que suponía la filtración de ésta.

46. Yten que ninguna persona sea osado de quitar el agua a otro que la tuviere con liçençia del dicho alcalde, so la dicha pena de çien maravedís aplicados según dicho es.

Se prohibía expresamente el robar el turno de agua, algo que pasaba en más ocasiones de lo deseado y que era fuente de grandes disputas, lo cual ha pasado hasta épocas relativamente recientes.

47. Yten que el dicho alcalde del agua pueda, según fueren los años, repartir las aguas para los riegos y dar la horden de ello con parecer de un alcalde e un regidor, y lo que entre ellos hizieren y ordenaren se cumpla y guarde y el que lo quebrante incurra en la dicha pena de çien maravedís aplicados según dicho es.

En los años de menos luvias el alcalde del agua tenía potestad para repartir más justamente los turnos de riego, para que ninguna parcela ni ningún regante, se quedara sin agua, siempre y cuando contara con el parecer de algunos miembros del concejo municipal (alcalde e un regidor).

48. Los enrriaderos donde se ha de cozer el lino y esparto y cáñamo si lo oviere, se ordena que se haya de cozer en la parte que dizen de Alpuxata, por baxo de la toma de los tableros hasta la fuente de Arruro y en el arroyo de la Lavia desde el saltadero del almocaver hasta la junta del arroyo del Texar y no en otra ninguna parte so pena de trezientos maravedís al que lo contrario hiziere aplicados a propios y denunciador por la horden susodicha, por evitar el daño y perjuicio que reçiven los ganados de hazerse otra cosa.

 

Este punto es del todo importantísimo porque el agua no sólo se empleaba para regar, para que, más adelante, los molinos pudieran emplearla para moler, para que las lavanderas lavaran la colada… también para que determinadas fibras vegetales pudieran tener su tratamiento antes de ser manipuladas. Gracias a este párrafo sabemos que en Monda, hace más de cuatro siglos, entre la toma de agua de la Acequia Madre y la denominada fuente de Arruro -que es la fuente de los Morales y que recibió ese nombre porque estaba en una propiedad del morisco Bartolomé Arruro, prominente morisco que ocupaba algunos cargos públicos, “colaboracionista” del poder castellano y testigo o alamín (Alamín es dicción arábiga que significa hombre o persona de confianza) en el Libro del Apeo- se cocían determinadas fibras vegetales como el lino, el cáñamo y el esparto, antes de su posterior manipulación y transformación en casi todo tipo de utensilios de la vida diaria: cestas, esteras,  cuerdas, hondas, sombreros, alpargatas… Los enriaderos, parece ser, eran una suerte de improvisados azudes compuestos a base de muretes de piedra sin argamasa para remansar el agua del cauce y poder disponer de una improvisada balsa de agua. Este detalle de los muretes de piedra me ha traído, inevitablemente, una serie de vivencias infantiles al recordar que los chiquillos los hacíamos en arroyuelos y ríos en verano para remansar algo más de agua con la que refrescarnos y combatir, mal que bien, el ardiente calor estival a la par que echábamos un buen rato.

El arroyo de Alpujata en una foto antes de las últimas y desastrosas
tormentas


El tema de las fibras vegetales ya lo hemos tratado en este blog anteriormente de manos de nuestra vecina Virtudes García Durán (a la que desde estas letras envío un fuerte y póstumo abrazo) en VIRTUDES GARCÍA DURÁN Y EL TRABAJO DEL ESPARTO 

Virtudes García Durán

No es en este lugar donde existía el único enrriadero donde se cocían fibras vegetales. En la parte baja del arroyo que nace algo má arriba de Rochiles y atraviesa el pueblo (actualmente embovedado hasta el parking donde cada martes se instala el mercadillo), desde un saltadero que había junto a un almocaber (cementerio islámico) y antes de su unión con el arroyo del Tejar, que viene desde el paraje del Tejar, también se cocían fibras vegetales. Por las ordenanzas sabemos que este arroyo, por esta zona, recibía el nombre de Lavia, que nos sabemos ni de donde procede ni que significa. El saltadero puede estar haciendo referencia a una pequeña cascada:

 

…en el arroyo de la Lavia desde el saltadero del almocaver hasta la junta del arroyo del Texar…

49. Yten que no puedan labar ni limpiar paños ni otra cosa ninguna en las fuentes y pilares de esta dicha villa, so pena de tres reales por cada vez y a cada uno que lo contrario hiziere aunque sean personas de poca edad o moças o moços de servicio porque en tal caso paguen esta pena sus amos y personas de cuya casa fueren las tales moças.

He querido recoger este último punto porque me ha parecido muy interesante, aunque no esté directamente relacionado con Alpujata, pero sí con el agua y sus aprovechamientos. Se prohibía expresamente el lavar la ropa en fuentes y pilares de la villa, imaginamos que por motivos higiénico-sanitarios y de acceso al agua. Se habla de personas de poca edad o moças o moços, con lo que podemos imaginarnos quienes iban a lavar la ropa en aquellos tiempos, principalmente. Los lavaderos de la Jaula y la Villa, por supuesto, no existían en estos momentos, pero había uno en el paraje de Pitalata que aprovechaba las aguas del arroyo de la Lavia y del que habla el Libro de Apeo, junto a un pequeño almocaber o cementerio islámico que ya hemos mencionado. De ninguno de los dos elementos mencionados, el lavadero y el cementerio, ha llegado nada a nuestros días, que sepamos.

Nuestro vecino José Antonio Urbano ubica este lavadero del almocaber en las inmediaciones de la actual fuente de la Villa, pero con todo el respeto y la admiración por su trabajo, por su sobresaliente y sesudo estudio, disentimos con su propuesta ya que en la página 260 de su libro, cuando en la transcripción del Libro de Apeo se habla del Pago de Pitalata, se recoge:

 

Apeose un pedazo de tierra de riego en el pago de Pitalata, que está toda junta en una longuera, fecha suertes y tablericos muy pequeños, en que asimismo tenían parte todos los moriscos de la dicha villa de Monda, comiensa desde un labadero que está junto al almocaber hasta un camino que ba a la Bega

 

El arroyo de la Lavia a la salida del embovedado.
¿Es la cascada el saltadero al que se refiere el Libro de Apeo?
¿Estaba el lavadero del almocaber en sus proximidades?

Ese lavadero estaba en Pitalata. No podemos estar seguro de que fuera un espacio más o menos abierto junto al cauce donde las mujeres se apañaban unas piedras para lavar y remansaban el agua con pequeñas paredes de piedra improvisadas con los cantos del cauce o una infraestructura con su pilar y piedras de lavar. Más bien nos inclinamos por lo primero. Es de destacar la presencia de un almocaber, un cementerio andalusí, en las proximidades de las tierras de labor, junto al camino que va a la Vega, que no es otro que el viejo camino real por el que discurre la denominada calzada romana de Monda, de la que ya hemos hablado in extenso en este blog y que cada año que pasa se encuentra en peor estado, olvidada por completo por las distintas administraciones. No es de extrañar, pues esos cementerios se instalaban a las afueras de las poblaciones musulmanas, normalmente junto a los caminos.

Imagen de una una de las huertas de Pitalata desde la Acequia Madre,
la fondo, El Chaparral y los Cantonsales

Una de las acequias terreras de Pitalata
con el castillo al fondo



 

El Catastro de Ensenada

Se trata de un documento elaborado a mediados del siglo XVIII, hacia 1752, que recoge la realidad económica de cada localidad a través de un extenso cuestionario o interrogatorio de 40 preguntas. La iniciativa partió del Marqués de la Ensenada, Zenón de Somodevilla y Bengoechea, I Marqués de la Ensenada (Alesanco, La Rioja, 1702-Medina del Campo, Valladolid 1781) -de ahí el nombre por el que se conoce al Catastro- y el objeto era conocer la realidad económica del país para establecer un sistema impositivo de acorde con esa realidad. Somodevilla intentó realizar una ambiciosa reforma de la Hacienda buscando crear un impuesto único y directo que sustituyera al complicado y diverso sistema impositivo existente, que exigía la presencia de numerosos recaudadores y en el que se cebaba la picaresca hispánica. Este ilustrado no consiguió sus fines, pues cayó en desgracia y fue depuesto, pero legó a la posteridad una obra de 150 volúmenes con importantes datos de las poblaciones del siglo XVIII que son una gran fuente de conocimiento para los historiadores.  



En nuestro caso, si bien es un buen documento para aportar una serie de datos sobre oficios, trabajos, actividades económicas… no es prolijo en la información sobre el tema que tratamos, pero algo hay.

Por ejemplo, a la respuesta nº 4 se responde que existen tierras de regadío en la Villa de Monda, pero no se especifica ni cuanta ni en qué lugares:

...dentro de la Jurisdicción de esta villa se hallan tierras de regadio de sembradura y secano, viñas, olivares, olivos sueltos, matorrales, Montes poblados  de Arboles de Bellota, y sin poblar….

 

En las respuestas número 5, sin embargo, si que se especifica el tipo de tierra de regadío que existe (calidades) en la Villa de Monda y en la número 6, los plantíos que en ella hay:

 

… dixeron que la tierra de regadio se compone de tres calidades, y sus Arboles lo mismo, y la de secano lo propio, y responden…

 

… dixeron que ay Plantio de Arboles en las tierras que dexan declaradas, como son Olivos, Morales, Zerezos, Nogales, Membrillos, Granados, Ciruelos, higueras, Duraznos, Manzanos, Naranjos agrios Parras, Perales, Albercoqueros, Serbos, Castaños, Guindos, Almendros, y Limones agrios, y responden.

 

 

La respuesta número 10 no es mucho más prolija en información al referir la cantidad de fanegas que componen la tierra de sembradura de regadío de la Villa de Monda:

 

10ª

…A la dezima dixeron que el numero de fanegas de tierra de sementera de regadio, y de las tres calidades seran ciento y ocho…

 

El documento reviste un desbordante interés en el aspecto económico y también sobre determinados oficios, pero no se detiene con la precisión que necesitaríamos en los espacios de regadío. No obstante, hemos podido sacar algunas cosas en claro:

 

La superficie total de regadío asciende a 108 fanegas, según los cálculos de la época, pero no se define en cada pago de riego el volumen de superficie cultivada. Hemos de suponer que esta cantidad de fanegas se obtiene de sumar las tierras de riego de Alpujata, Afetarix (los Huertos) y Pitalata y, ya en esta época, posiblemente los de Guájar y algún que otro pago más. Recordemos que en el siglo XVI había en Alpujata unas 14 fanegas de regadío, según las fuentes.

Los plantíos que nos encontramos en los regadíos, según el Catastro, son  morales, cerezos, membrillos, granados, ciruelos, higueras, duraznos, manzanos, naranjos agrios, parras, perales, albercoqueros, serbos, guindos, limones agrios, nogales… incluso cereales panificables. Se mencionan granados, membrillos, cítricos… árboles que anteriormente no se citaban.

Diez años después se realizó una revisión del Catastro que generó una abundante documentación, pero que tampoco aporta mucha información sobre el asunto del agua.

 

Panorámica de Alpujata 

Panorámica de la zona de los Huertos (Afetarix)
 
La vieja noria de Puerto (siglo XVIII), a la que vamos
a dedicar una próxima entrada


El Suplemento al Diccionario de Medina Conde

Hacia finales del siglo XVIII el párroco de Monda, Antonio Linares, dirigió una extensa carta al religioso Cristóbal Medina Conde en Málaga, con una serie de detalles, descripciones, historias… sobre Monda. El religioso estaba realizando un Diccionario Geográfico Malacitano, obra que se perdió y de la que sólo se conservan algunos fragmentos, como la carta del párroco de Monda. Esto es lo que nos dice de Alpujata:

 

Ay dos pagos de huertas una da la parte ynferior de la villa que quasi toca la poblacion, entre el oriente y norte nombrado Pittalata, y el otro conocido por Al-puxatta a la parte del sur, y a una milla de la poblacion y cada uno se compone de treinta y seis fanegas de tierra; en ambos esta el plantio de morales, y ay de arvoles fruttales nogales, granados, serezos, perales, parras, e higueras brevales, cuyo fruto es el mas apreciable del paiz, por su dulzuar, suavidad, y expecialicimo gusto; y en uno y otro pago no ay huertas de con cideracion por estar divididos en cortas porciones quasi enttre todo el vezrio. Y en ellas se siembran cañamo, maiz, y horttalizas.

A finales del siglo XVIII existe 36 fanegas de tierra irrigada en Alpujata, que contrasta con las 14 de finales del siglo XVI, tres siglos antes. La superficie cultivada ha crecido notablemente ¿Es posible ubicar en estas fechas la construcción de la segunda de las presas en el arroyo, presumiblemente de más capacidad? Aparecen más cultivos, además de los ya existentes trescientos años ha; morales, árboles frutales, nogales, granados, cerezos, perales, parras, higueras brevales, cáñamo, hortalizas y maíz. Debe llamarnos la atención este último cultivo porque el maíz es una planta que procede de América y la tendencia anterior es que los productos procedieran de Asia y nos llegaran vía norte de África, principalmente. Siempre he dicho que, prestando atención a los cultivos y productos de una huerta, podemos aprender y mostrar muchísima historia de nuestro país, de las tendencias socioeconómicas, de la evolución social… 

Asociado al agua también nos encontramos con un extraordinario patrimonio inmaterial, como no me cansaré de reivindicar. Es el caso de las lavanderas que, aunque en nuestro caso no se trate de un oficio en sí, sino de otra de las muchas y duras tareas que tenían que abordar las mujeres rurales, sí que se trataba de un trabajo duro, exigente, agotador y poco reconocido. 

Para hablar de las lavanderas he pedido a mi madre, como señalé al principio de este post,  que me eche una mano. No por pereza, sino por pureza. Sus recuerdos y vivencias de primera mano, como testigo directo, otorgan a su testimonio mucho más valor y vida que lo que yo pueda recoger a través de entrevistas y vivencias indirectas ¡Ahí va!:

 

Lavanderas en Alpujata

 

Cuando cada mañana hacemos ese gesto tan sencillo y cotidiano de “poner” la lavadora, no pensamos -ni tenemos porqué- lo que hacer la colada significó para nuestras madres, abuelas y generaciones anteriores de mujeres. Unas pocas privilegiadas tenían pozos en las casas y aunque tenían que darle a la …. Para sacar el agua que iban a utilizar, no era comparable conlas mujeres que tenían que cargar la canasta a cuesta con la ropa sucia, el taco de jabón, el azulillo -si era ropa blanca- y el cubo donde diluirlo.

Si en casa no había animal de carga, todo era transportado por las mujeres con su humilde bocadillo para echar el día. A veces se juntaban vecinas o primas para ir a lavar y entre ellas comentaban, cantaban y reían porque el trabajo duro con alegría y sobre todo con juventud, se lleva mejor.

La fuente Relumbrosa pegada al monte, molinos de arriba, molinos de abajo, fuente de los Morales, arroyo el Viejo, los Llanos, los Callejones… todos eran lavaderos habituales, además como los inviernos solían ser lluviosos, el agua corría por el cauce hasta el verano.

De niña yo he ido a lavar con mi madre a Alpujata. La canasta la llevaba el mulo y para mí era un día de excursión. Mi madre lavaba en la acequia, en una piedra de lavar que había frente al portillo de la huerta de mi abuelo. Yo le pedía a mi madre ropa para lavar y ella me daba unos calcetines o un pañuelo y una “conchita” de jabón, que previsoramente había echado entre la ropa. Pero la mayor parte del tiempo la pasaba zascandileando por la huerta detrás de mi abuelo preguntándole todo lo que hacía; me subía a los naranjos a buscar nidos, bueno, cuando podía porque valiente en este tipo de lides no he sido nunca. Mi madre me llamaba para decirme: ¡Niña, quítate del sol que te salen pecas! Mi abuelo se reía y a su vez me decía: en la casa hay sombreros, ponte uno.

Encarnación Guerra Villalobos.


Mi madre, que siempre fue una persona muy obediente y bienmandada, no tiene ni una sola peca…

 

Recreación de unas lavanderas

El testimonio de mi madre, no porque sea mi madre, es esclarecedor. Habla en primera persona como testigo directo de los hechos que narra, acontecidos en los años cincuenta del siglo pasado. Eran muchos los lugares en Alpujata donde las mujeres echaban el día lavando la ropa. La mayoría la debía transportar en un cesto que llevaba al cuadril, apoyado en la cadera, recorriendo varios kilómetros cargada con la ropa sucia, el jabón y otros útiles.

Llegadas a la zona de lavado se elegía una piedra o se sacaba la tabla de lavar, se introducía la ropa en el agua y asistidas por un taco de jabón hecho de aceite y sosa, se restregaba fuertemente la ropa una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez… y vuelta a empezar. Hacía más llevadero el trabajo los cantos, las conversaciones, los chascarrillos…

Lavada la ropa, ésta se tendía sobre la vegetación del entorno, para que se soleara, para que se secara al sol. Luego tocaba recogerla, doblarla, meterla en el cesto y vuelta a casa a seguir trabajando en otros menesteres.

 

Los molineros de harina

No se conserva memoria en Monda de molinero de harina ninguno, sin embargo, los procedimientos, el trabajo y las tareas de los molineros es algo que está muy ampliamente estudiado y documentado como para poder hacer una exposición fiel de su trabajo, aunque no se conserve el oficio. Ayuda que años atrás, para la elaboración de un proyecto sobre molinos harineros en la Sierra de las Nieves que tengo atascado -pero no parado-, tuve la oportunidad de entrevistar a varios molineros de Istán, Alozaina y Casarabonela, que me narraron en primera persona sus vivencias, experiencias y trabajos, e incluso me demostraron en alguno de sus antiguos ingenios molineros como era su funcionamiento, como fue el caso de José Aguilar, de Istán.


El de molinero era un trabajo bastante duro y el oficiante debía conocer muy bien el oficio y, sobre todo, el arte de picar las piedras molturadoras, como hablaré un poco más adelante.

El molinero tomaba el cereal y lo vertía en una tolva de madera que había sobre las piedras molturadoras. A renglón seguido tiraba de una llave que abría el paso de agua del saetín a los rodeznos, haciendo girar la piedra molturadora superior, la volandera, por que la inferior, la solera, estaba fija. En función del grosor del grano, el molinero debía aplicar una mayor o menor separación entre las piedras, arriesgada operación que de salir mal podía quemar literalmente el grano o llegar a romper las piedras. Esta operación la hacía con el alivio, una vara metálica conectada a lapuente, la pieza que sostenía el rodezno, con la que podía levantar o bajar las piedras.


A medida que desde la tolva se vertía el grano a través de un conducto de madera, la canaleja, poco a poco, a las piedras de moler por el agujero del centro, éste, dentro de las piedras, iba siendo molido y expulsado al exterior, por ello las piedras se recubría de una estructura de madera o de sacos, para que la harina no se esparciera por todo el espacio de trabajo. La tolva contaba con una pieza de madera en forma de brazo, la manilla, que entraba en contacto con la piedra molinera cuando se iba vaciando la tolva. Esta pieza tenía amarradas varias plaquitas metálicas con lo que cuando tocaba a la molinera, sonaban llamando la atención del molinero.




Las piedras molturadoras estaban cubiertas por un cajón de madera o una estructura de esparto, el guardapolvo, que impedía que la harina que era despedida por las piedras se desparramara por la sala de molienda. Desde el guardapolvo la harina se recogía en un cajón de madera, el harinal y, posteriormente, se cernía para separar el polvo de la cascarilla, de la piel del grano, el afrecho, que se solía dar a las gallinas. En algunos pueblos de la Sierra de las Nieves, cuando tuve la oportunidad de entrevistar a numerosas mujeres mayores para la redacción del libro Los juegos y juguetes de nuestros abuelos. Juegos populares y tradicionales en la Sierra de las Nieves, muchas me refirieron como cuando se hacían las muñecas de trapo muchas se rellenaban con ese afrecho.

El molinero cobraba o bien en metálico o bien en especie. Cuando lo hacía de la segunda manera, se llevaba alrededor del 10 % del producto, lo cual se llamaba maquila. De ahí que a muchos de estos molinos harineros se les llamen también maquileros.

El molinero solía verse ayudado por un peón o aprendiz, que le asistía en las tareas más básicas (carga de grano, traslado de productos, limpieza…). El molinero debía mantener el molino y todos sus mecanismos de funcionamiento en perfecto estado, de lo contrario la molienda podía verse negativamente afectada. Una de las tareas más delicadas y que requería mayor experiencia era el picado de las piedras molineras. Había que desmontarlas con una cabria o grúa que se encontraba incrustada en la pared, pues la piedra molinera podía pesar cientos de kilos. Una vez desmontada, se apeaba en un banco de madera de gran resistencia, el potro. Entonces el molinero cogía su cincel y su martillo e iba repicando las aristas interiores tanto de la molinera como de la solera, que se desgastaban cada varias molturaciones. El picado tenía que ser milimétrico, pues si se dejaba algún resalte, durante la molienda las piedras podían quebrarse.



Interiormente las muelas estaban divididas en varias partes, según el repicado, desde el interior hacia afuera: el ojo, el pecho, el antepecho y el moliente. Las denominaciones y terminologías suelen variar dependiendo de la zona. Las aristas o rayones a los que hacía referencia son líneas radiales, pero excéntricas, dispuestas en forma de abanico. Hay muy diferentes tipologías determinadas, quizás, por el tiempo de piedra empleada en la elaboración de la muela, pero en la mayor parte de los casos suelen presentar unas picaduras radiales bastante similares: picaduras radiales principales más o menos excéntricas, conocidas como rayones, de trazo más grueso, y otras líneas de picadura más finas entre éstos, las conocidas como abanicos. Los trazos son rectos en muchas ocasiones y curvos en otras.

Normalmente las piedras eran de una sola pieza y se elaboraban en algunas canteras. En Tolox, en el sendero que discurre paralelo al río de los Horcajos, tengo localizada una de esas canteras donde aflora una de las piedras sin terminar de labrar. En ese río había varios molinos, de hecho en época andalusí recibía el nombre de río Moagil, que significa “de los molinos”. En Casarabonela hace años localicé casualmente dos canteras desconocidas, una dentro del recinto del castillo, donde hay una o dos piedras a medio tallar, y otra en la calleja que une calle puerta de Alozaina y calle Muro, donde queda la huella de la extracción de las piedras junto a una vivienda. En el fabuloso paraje de Jorox, en Alozaina, donde había y hay varios molinos harineros, se conserva una de esas canteras de piedras de molino. En Guaro también había una de esas canteras, pero no la tengo localizada; lo sé porque hay documentos del siglo XIX que hablan a vuelapluma de ella. Pero si hubo o no alguna de esas canteras en Monda, que seguramente debió haberlas, desconozco por completo su ubicación. Tampoco descartaría que las piedras de moler empleadas en los molinos de Monda las trajeran de Guaro o de Pereila

En el torcal de Casares, en la sierra de la Utrera, hay multitud de estas piedras de molino talladas y depositadas en el suelo y que nunca llegaron a ser trasladadas a los molinos. Quedaron allí completamente abandonadas, unas completas y otras a medio labrar. 



Algunos mayores de Yunquera recordaban como cuando había que trasladar una de esas enormes piedras, las llevaban rodando, con un palo o una cuerda metida por el agujero. En el caso de Alpujata nos cuesta mucho trabajo imaginar cómo llevarían esas moles pétreas de varios cientos de kilos hasta el lugar, atravesando un pedregoso arroyo. Es posible que lo hicieran a través de un sendero hoy ya perdido. 

Con el tiempo la tecnología de las piedras molturadoras se modernizó y los molinos que sobrevivieron al siglo XIX empezaron a incorporar, a finales de esa centuria, las llamadas piedras francesas. Eran más resistentes y acusaban muchísimo menos el desgaste, por lo que había que picarlas mucho menos (aunque el picado era más difícil) y eran más productivas. Se presentaban por piezas, para ser más fácil su transporte, y una vez en el molino se montaban y se cinchaban con un armazón metálico. Éstas no llegaron a Monda, pero sí a algún que otro molino en la Sierra de las Nieves. 

Los molinos de Monda se encuentran, penosamente, en ruinas. Más que reconstruirlos, habría que consolidarlos para que no se deterioraran más y que futuras generaciones pudieran disfrutar de ellos. No son una excepción, la mayoría de los que hay en la Sierra de las Nieves se encuentra ruinosos, abandonados, en mal estado… salvo algunas pequeñas excepciones (como el Molino de Santisteban, de tres paradas, transformado en alojamiento rural o algunos de Istán o el del Museo de Ojén, del que ya hemos hablado). Son muchos los ingenios de este tipo que encontramos desde El Burgo a Istán, decenas.


 

Además, hoy día son muy pocos molineros, ya capitanes sin barco, los que quedan vivos en la Sierra de las Nieves que nos puedan hablar de un oficio que hiende sus raíces en las profundidades del tiempo. 

Aunque podría seguir con otros oficios relacionados directa o indirectamente con los recursos de Alpujata, como el de apicultor, el trabajo del corcho, los caleros, los resineros... los voy a dejar para otras entradas.

La apicultura sigue siendo una de las actividades económicas
tradicionales en la zona
 

Una bonita y productiva iniciativa, tanto social como económicamente, sería la de poner en valor el patrimonio cultural ligado al agua -tanto material como inmaterial- a través de la organización de rutas y senderos, de visitas guiadas, la creación de espacios y medios interpretativos (como la recuperación de los molinos hidráulicos, la creación de app´s...), actividades y talleres, la valorización de los productos de la zona, la gastronomía, contando con la memoria irrepetible de las personas que habitaron y trabajaron en esos espacios capturada a través de entrevistas… en favor de una educación ambiental de calidad que mire por la preservación de nuestros entornos, por nuestros paisajes… unos paisajes vivos y dinámicos macerados y moldeados por la mano del ser humano durante milenios. Y, por supuesto, con la conjugación de un turismo de carácter cultural y sostenible, entre otras cuestiones, porque no hay puesta en valor si no se consideran los aspectos de fomento de la empleabilidad, de estimulación económica, de diversificación... Iniciativa que tendría encaje tanto a nivel local como comarcal, porque los pueblos de la Sierra de las Nieves tienen un patrimonio hidráulico fabuloso y en gran parte por descubrir, que deviene de un pasado y una historia comunes donde la tradición hidráulida del mundo andalusí se hace patente en cada huerta, en cada acequiado, en cada fuente... Y, como siempre he dicho, el mayor patrimonio que tiene Monda y los pueblos de la Sierra de las Nieves, es el agua y lo que se manifiesta a través de ella.

Panorámica de la sierra de Alpujata

Por otro lado, nunca dejaré de sorprenderme por la extraordinaria riqueza ambiental que nos rodea y que cada día, poco a poco, voy conociendo mejor. Más si cabe tras haber leído el artículo de nuestro vecino Miguel Ángel sobre las singularidades botánicas de la Sierra de Alpujata y es que vivimos en uno de los territorios más ricos y diversos del Mundo, más exclusivos, aunque no nos demos cuenta. Después de leer y releer el artículo de Miguel, recordé que existe una iniciativa para la declaración como Parque Natural de las Sierras de Mijas y la de Alpujata desde hace alrededor de una década y que en los últimos años se está moviendo más para respaldar dicha declaración. Consultada la propuesta, que promueve el Movimiento Ciudadano Pro-Parque Natural Sierra de Mijas-Alpujata, y vistas muchas más singularidades, uno no puede más que reafirmarse en el convencimiento de habitar en un lugar de carácter único y exclusivo. Al parecer, una de esas particularidades es la existencia de un tipo de roca que a nivel mundial sólo existe en la Sierra de Alpujata: la peridotita iherrolítica alpina.

A continuación, copio y pego la justificación de la propuesta porque me parece bastante interesante:

 

 


SOLICITUD DE DECLARACION

 

RESUMEN DE LA JUSTIFICACIÓN

Nuestra propuesta de Parque Natural recoge principalmente el macizo calizo de Sierra Mijas y el peridotítico de Alpujata, abarcando los siguientes municipios: Málaga, Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Coín, Monda, Ojén, Mijas, Benalmádena y Torremolinos. Con la intención de crear la conectividad entre las zonas naturales protegidas en distintos grados muy fragmentadas desde el Guadalhorce hasta el Parque Natural y Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves. Como podemos observar en este mapa, existe un gran vacío y aislamiento entre zonas protegidas dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía.

Y es vital para la supervivencia de estos espacios su conexión, de lo contrario su futuro es más que cuestionable, ya que la presión a la que están sometidos (carreteras, urbanizaciones, canteras) le llevará a perder los valores por la que fueron protegidas, tal y como se pone de manifiesto en estudios incluso promovidos por distintas administraciones. Las estrategias de protección en “islas” de la década de los 80 y parte de los 90 del pasado siglo están desfasadas y ya en la Directiva Hábitats (Directiva 92/43/CEE, de 21 de mayo de 1999, se orienta la legislación en materia de conservación del territorio como un todo integrado en una red ecológica. El Real Decreto 1997/1995, de 7 de diciembre, incorporó al ordenamiento jurídico interno español lo dispuesto en la Directiva Hábitat. 

 

Propuesta de Parque Natural Sierra de Mijas-Alpujata

 

La legislación española no incorpora los conceptos de fragmentación, conectividad ycorredores ecológicos hasta la Ley 47/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, en la cual en su artículo 3, ya realiza una definición de corredor ecológico, y en el artículo 20, corredores ecológicos y áreas de montañas: “las administraciones públicas preverán, en su planificación ambiental o en los planes de ordenación de los recursos naturales, mecanismos para lograr la conectividad ecológica del territorio, estableciendo o restableciendo corredores, en particular entre los espacios protegidos de la Red Natura 2000 y entre aquellos espacios naturales de singular relevancia para la biodiversidad. Para ello se otorgará un papel prioritario a los cursos fluviales, las vías pecuarias, las áreas de montañas y otros elementos del territorio, lineales o continuos, o que actúan como puntos de enlace, con independencia de que tengan la condición de espacios naturales protegidos. Las administraciones públicas promoverán unas directrices de conservación de las áreas de montañas que atiendan, como mínimo, a los valores paisajísticos, hídricos y ambientales de las mismas”.

La protección actual de estas zonas como Complejos Serrano de Interés Ambiental (CS), Espacios Forestales de Interés Recreativos (FR) y Paisajes Sobresalientes (PS), recogido en la Resolución de 14 de febrero de 2007 de la Dirección General de Urbanismo, por la que se dispone la publicación del Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos de la provincia de Málaga, es más que insuficiente para el alto valor natural (como ya expondremos más adelante) de estas sierras, por lo que pedimos su declaración de Parque Natural.

Esta propuesta crearía una extensa red unida a modo de núcleo al Parque Natural con el Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce, a través del Corredor verde Arroyo del Madroño-Arroyo del Valle-Río Guadalhorce, en la parte norte de Sierra Mijas con el LIC ES6170033 Río Guadalhorce, Fahala y Pereila y las Vías Pecuarias Vereda de Valdeperales o de San Antón, cordel del Rincón, Vereda de Antequera, Vereda del Sesmo, Vereda de Ardalejos y Montanchez, Vereda de Alhaurín el Grande a Churriana y vereda del Palmar. En el este la Vereda del Camino ChurrianaTorremolinos- Benalmádena, Vereda del Camino de la Sierra a Alhaurín de la Torre y Vereda del Camino del Arroyo de la Miel. En la cara sur, Vereda de Pajare, Vereda de Castillejos, Cordel del Cesmo y Vía Pecuaria Fuente de la Adelfa. En la vertiente sur de Sierra Alpujata, el LIC ES6170022 Río de Fuengirola, LIC ES6170030 Calahonda en el litoral a través de la vía pecuaria Fuente de la Adelfa y el LIC ES6170025 Río Real.

Estos dos macizos se conectarían por el oeste con el LIC ES6170011 Sierra Blanca y éste con el Parque Natural Sierra de las Nieves. Además con las siguientes Vías Pecuarias: la Colada del Río de la Puente, Puerto de Carnero y Loma de Puertollano,Colada de la Loma de Rayo, Cordel de Benahavís a Ojén, Cañada Real de Ronda y de Mojón Verde, Vereda de Marchar, Vereda del Chorrillo, Vereda del Camino de laParraguera, Vereda de la Tocha y Cañada Real de Mojón de Puerto Verde. Creando una verdadera Red ecológica que proteja de forma real esta zona y reoriente la actividad económica con criterios de sostenibilidad.

 

 

JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA

La solicitud de esta propuesta cubre el objetivo de la Ley 4/1989, Título III. De la

protección de espacios naturales. Capítulo II. De los espacios naturales protegidos.

Artículo 13. 1 “Los parques son áreas naturales, poco transformadas por la

explotación u ocupación humana que, en razón a la belleza de sus paisajes, la

representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de sus flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente” en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, de fine a los parques como “áreas naturales, que en razón a la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de su diversidad geológica, incluida sus formación geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente”. En Andalucía la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para suprotección , establece que el Consejo de Gobierno es el órgano competente para declarar nuevos parques naturales, dando preferencia a los espacios recogidos en los planes especiales de protección del medio físico, en nuestro caso el Plan Especial de Protección del Medio Físico y Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos de la provincia de Málaga (BOJA nº 69 de fecha 9/4/2007), cataloga a la Sierra Mijas-Alpujata como Complejo Serrano de Interés Ambiental. “Constituyen estos espacios relativamente extensos y la de caracteres diversificados, con utilización y/o vocación principiante forestal, y en los cuales la cubierta forestal cumple y desde cumplir una función ambiental equilibradora de destacada importancia. Comportan en general importantes valores

paisajísticos, y en ocasión valores faunísticos destacados. Igualmente suelen presentar importante interior productivo”, en este caso esta figura es claramente insuficiente, diversos estudios, publicación y foros científicos, citan tanto a la Sierra de Mijas como Alpujata un espacio natural de gran valor ecológico. Espacio que actualmente no cuenta con una figura de protección especial que garantice la disposición de medidas adicionales de conservación, así como de gestión y desarrollo socio-económico acorde a la misma.

 

En este caso, el futuro Parque Natural Sierra Mijas-Alpujata contiene como

expondremos a continuación todos estos requisitos.

 

Justificación geológica

• Abarca la mayor parte de los materiales de los llamados alpujárrides occidentales, únicos yacimientos de esta naturaleza en todas las cordilleras béticas.

• Constituye un laboratorio natural en el que se puede observar los fenómenos de

metamorfismodinamotérmico asociados a los macizos peridotíticos.

• Constituye el único afloramiento de peridotitas iherrolíticas alpinas de todo el

 

mundo.

• Junto a la formación hermana rifeña de Beni-Bushera, constituye el único testimonio vivo de los procesos que acompañaron a la exhumación de la

Cordillera Bética y la formación del arco de Gibraltar y la cuenca de Alborán

durante la orogenia alpina.

• Las peridotitas del macizo de Alpujata presentan una de las colecciones más

completas de texturas y estructuras de todo el mundo.

• Los mármoles dolomíticos conforman un karst que almacena y dosifica unos recursos hídricos vitales para el desarrollo de los municipios de la zona.

• Estas sierras y en particular la Sierra de Alpujatapresenta una de las colecciones

más completas de procesos metalogénicos de todos los macizos ultramáficos del

Mediterráneo occidental.

 

 

 

Justificación zoológica

 

Peces:

3 especie autóctonas, 1 está protegida por la legislación andaluza y española; 1

amenazada en Andalucía, 2 en España.

 

Anfibios:

8 especies presentes, 4 protegidas por la legislación regional y nacional; 1

amenazada en Andalucía y España, y 4 presentes en la Directiva Hábitat.

Además, 3 taxones endémicos: 2 de la Península Ibérica y 1 subespecífico

de Cádiz, Málaga y Granada.

 

Reptiles:

19 especies presentes, 15 protegidas por la legislación nacional y regional; 2

amenazadas (1 en Andalucía, 1 en España); 5 presentes en la Directiva Hábitat.

Además, 2 especies son endemismos ibéricos.

 

Aves:

Más de 135 especies presentes, 113 protegidas por la legislación regional y

nacional; 18 amenazadas en Andalucía; 11 en España; 23 presentes en la

Directiva Aves.

 

 

Mamíferos:

35 especies presentes, 14 protegidas por la legislación andaluza y española;

amenazadas en Andalucía; 6 en España; 13 presentes en la Directiva Hábitat.

 

Lepidópteros ropalóceros:

64 especies presentes, 3 amenazadas en España; 1 protegida por la Directiva Hábitat. Además 2 especies son endémicas de la Península Ibérica, y

otras 2 endemismos ibero-magrebíes.

 

Odonatos:

29 especies presentes, 1 protegida por la legislación andaluza y española; 3

amenazadas en Andalucía; 4 en España; 2 presentes en la Directiva Hábitat.

 

Nueva especie descubierta:

Recientemente se ha descubierto en Sierra Alpujata un nuevo insecto Nevrorthus reconditus Monserrat & Gavira n. sp. por los biólogos O. Gavira y V.J. Monserrat.

Se describe como una nueva especie de Nevrorthus (Insecta, Neuropterida: Nevrorthidae). Y representa la primera cita de este género y de esta familia en el mediterráneo occidental. Esta criatura demuestra la importancia de la conservación de estos hábitats.

 

Justificación botánica

La propuesta de declaración solicitada, supondría la protección de un espacio en el que se citan:

18 asociaciones vegetales incluidas en el Anexo I de la Directiva

92/43/CEE del Consejo de las Comunidades Europeas, de 21 de mayo

de 1992:

-Galio – Staehelinetumbaetici

-Rhamno -Quercetumcocciferae

-Ulici -Cistetumclusii

-Arenario – Iberidetumfontqueri

-Jasiono -Linarietumsaturejoides

-Phlomido -Brachypodietumretusi

-Cirsio -Holoschoenetumvulgaris

-Galio – Schoenetumnigricantis

-Trachelio -Adiantetumcapilli-veneris

-Linarioclementei -Andryaletumramosissimae

-Rupicapnetumdecipientis

-Notholaeno – Cheilanthetumguanchicae

-Erico – Salicetumpedicellatae

-Rubo -Nerietumoleandri

-Myrto – Quercetumsuberis

-Teucrio – Quercetumsuberis

-Smilaci -Quercetumrotundifoliae

-Pino pinastri – Quercetumcocciferae

 

4 asociaciones vegetales cuya conservación es prioritaria a nivel

europeo (Anexo I de la Directiva 92/43/CEE):

-Jasiono -Linarietumsaturejoides

-Phlomido -Brachypodietumretusi

-Trachelio -Adiantetumcapilli-veneris

-Arenario – Iberidetumfontqueri

 

36 taxones de flora amenazada en las distintas categorías existentes:

-En Peligro: 7

-Vulnerable: 15

-Casi Amenazada: 10

-Con datos insuficientes: 4

 

7 taxones protegidos por normativa sectorial autonómica y nacional:

-En peligro de Extinción: 1

-Vulnerable: 5

-De Interés Especial: 1

18 taxones endémicos de distribución muy restringida.

 

Una nueva especie endémica recientemente descubierta,

Gallatea malacitana

Hallada en sierra Alpujata por el biólogo Oscar Gavira nos demuestra la importancia botánica de estos lugares y su urgente protección debido a la fragilidad de estos

amenazados ecosistemas.

 

Justificación proteccionista

• Existe un elevado número de especies amenazadas y protegidas de flora y fauna

a varios niveles. Especies endémicas recientemente descubiertas y posibles por descubrir.

• La figura de protección actual Complejo Serrano de Interés Ambiental (CS) es

insuficiente para la importancia del espacio propuesto.

• Existen dos LIC de la Red Natura 2000.

• Su proximidad a la Costa del Sol, paradigma del desarrollo urbanístico y los

proyectos de crear una segunda línea tras estas sierras amenazando su

aislamiento, hace necesario la Declaración de Parque Natural.

 

 

Justificación etnológica, histórica y arqueológica

 

La comunidad humana estable inserta en el territorio del área de influencia socioeconómica de la propuesta de Parque Natural „Sierra Mijas-Alpujata (Sierras Costeras de la Algarbía Malagueña)‟ ha generado, a lo largo de miles de años, toda una serie de valores etnológicos, históricos y arqueológicos que le imprimen una profunda marca de singularidad cultural. Un territorio ampliamente investigado que cuenta con una gran actividad humana desde muy antiguo y enclave geográfico muy apreciado por diversos pueblos del mediterráneo –como los fenicios, cartagineses y romanos, entre otros–, así como nicho ecológico clave de un socioecosistema peculiar que ha sabido, en la mayoría de las veces, sobreponerse a las adversidades gracias a su rica biodiversidad y a la sapiencia sostenible de sus aprovechamientos humanos tradicionales, entre los que se cuentan la horticultura de regadío, la trilogía agrícola mediterránea (olivo, vid y cereal), ganadería caprina y bovina extensiva, los recursos forestales y propios del monte (esparto, leña, corcho, cal, carbón, algarrobas, bellotas, piñas…), los aportes piscícolas provenientes de la cercana costa distribuidos por los capacheros, la minería a pequeña escala (a manos, en muchos casos, de los picapedreros), además de otros tantos.

 Los municipios de las Sierras Costeras de la Algarbía cuentan, asimismo, con un inconmensurable patrimonio cultural, tanto intangible como material. Entre su patrimonio cultural tangible encontramos restos arqueológicos prehistóricos, ermitas, iglesias, santuarios, cortijos, lagares, casillas, chozas, eras, minas de mineral, fuentes, cimbras, albercas, acequias, „akreamientoh‟, molinos, batanes, cuevas rupestres, fortificaciones, alcarías, vías romanas, puentes, conjuntos histórico-artísticos… que aportamos como avance en un número mínimo de 119 elementos aquí referenciados; además de un mínimo de 69 manantiales, fuentes y otras surgencias que también agregamos. A este rico patrimonio cultural intangible e inmaterial se le ha ido dando forma en época contemporánea por medio del desarrollo de pautas culturales andaluzas propias de las culturas del trabajo de esta comarca, relacionadas con el tipo de aprovechamientos del socioecosistema comarcal que acabamos de mencionar.

 

Las distintas formas de sociabilidad presentes en estas poblaciones le confieren un valor añadido más gracias a la singularidad de su multitud de costumbres, tradiciones y fiestas, entre las que destacan: el zambombeo de las pastorales, las romerías rurales, las fiestas de la era (ligadas a una peculiar trilla de montaña, como por ejemplo la „triyamiheña‟), distintas formas de religiosidad popular (devoción taifal a las vírgenes locales, hondas procesiones de Semana Santa, cruces de mayo…), cante y baile flamenco (como los fandangos de Alhaurín y de Valtocado, importantes festivales como los de La Torre del Cante y el Castillo del Cante), una inveterada gastronomía con incontables recetas tradicionales (polcas, bollos de aceite, olla podrida, empanadillas de cidra y batata, roscos mondeños, sopa en una teta de chaparro, pescaíto frito, gazpacho blanco, marmoneh…), así como todo un corpus de saberes tradicionales y naturalistas, y de creencias (en „lohehpantoh‟, „Er Kanko‟, etc.), prácticas y rituales inserto en la memoria colectiva de sus habitantes más enraizados.


 

 Bueno, pues por hoy, ya está bien ¡Hasta la próxima entrada!


(c) Diego Javier Sánchez Guerra