Para el conocimiento del siglo XVIII en Monda contamos con varias fuentes documentales entre las que destaca notablemente el Catastro de Ensenada y sus Comprobaciones, libros de viajes como el de Francis Carter, diarios de viajes como los de Domingo Belestá y Francisco Pérez Bayer, o informes como el del párroco de Monda Antonio Linares que envió a Medina Conde para su famoso Suplemento al Diccionario Geográfico Malacitano… Todos estos documentos los he venido estudiante y trabajando en los últimos diez años para elaborar un estudio sobre la villa de Monda en el siglo XVIII que pronto estará finalizado.
Por el camino investigador me encontré con otro documento manuscrito por una afortunada casualidad, el Itinerario del viaje que hizo D. Francisco de Zamora en 1797 desde Málaga a El Burgo (Málaga), que se encuentra en la Real Biblioteca del Palacio Real. Se trata de una fuente documental de un interés capital para conocer los pueblos del valle del Guadalhorce a finales del siglo XVIII que ofrece descripciones geográficas, viejos topónimos, datos de población, industrias, cultivos…
El objeto de esta obra era el de dilucidar si la famosa batalla de Munda había tenido lugar en Monda o en algunos de sus entornos. En tal sentido seguía los pasos del Informe de Domingo Belestá, que ya trajimos a este blog. Para ello Zamora visita cada población y entra en contacto con personas conocedoras, letradas y eruditas de cada pueblo, normalmente los curas y los escribanos públicos, a los que pregunta y entrevista. En su Itinerario contiene un mapa inédito del pueblo de Monda y de su entorno realizado a mano alzada desde la Vega, que publicamos en el presente trabajo y un plano del valle del Guadalhorce elaborado por el escribano de Monda Francisco González Aller y que ya publicamos en el libro que elaboramos sobre el castillo de Monda un servidor y Francisco Marmolejo Cantos.
Lo interesante del trabajo de Zamora, además de la valiosa información que nos ofrece de los pueblos, es que incluye en su obra varias cartas que se enviaron el citado escribano de Monda y Cristóbal Medina Conde en relación a la ubicación de la batalla de Munda. Las cartas originales, cuyos contenidos fueron transcritos e insertados en la obra de Zamora, posiblemente se perdieron junto al Diccionario Geográfico Malacitano y otros muchos manuscritos. En esas epístolas se ofrecen precisas descripciones de los entornos serranos de Monda, Guaro, Tolox… espacios muy bien conocidos por González de Aller pues, como reconoce en algunas de sus cartas, era muy aficionado a la caza y todos esos montes y sierras los tenía muy pateados:
Por la instrucción que Vm me da, y por el reconocimiento que tambien he ha dado el exerzicio y diversion de la Caza de todo este termino y los de Tolox, Coin y Guaro, aseguro mas el dictamen de haverse dado la Batalla entre Cesar y los hijos de Pompeyo desde el sitio de las Juntillas, hasta esta villa y que en realidad fue la antigua Munda…
El sitio de las Juntillas es la zona donde el río Grande desemboca en el Guadalhorce.
En su obra integra otras cartas, planos y dibujos de la relación epistolar que mantiene con otras personas y son de gran utilidad y de gran interés, pero nos vamos a centrar a lo que atañe a Monda.
Como veníamos diciendo, en el siglo XVIII fueron muchos los estudiosos, eruditos y curiosos que abordaron el tema de la batalla de Munda, a raíz del debate surgido por el encargo de la Real Sociedad de Anticuarios de Londres. Uno de ellos fue Francisco de Zamora (Villanueva de la Jara, Cuenca, 1757-1812), funcionario, escritor y viajero ilustrado que elaboró, entre otras obras, un Itinerario del viaje que hizo D. Francisco de Zamora en 1797 desde Málaga a El Burgo (Málaga). Esta obra es una fuente primaria de notable interés para investigar sobre Monda a finales del siglo XVIII pues al centrarse en la célebre batalla de Munda y al visitar varias poblaciones de la provincia de Málaga, entre ellas Monda, nos deja unos datos económicos, sociales, geográficos… de un enorme valor.
Francisco de Zamora elaboró numerosos Diarios sobre Cataluña, Aragón, Andalucía, Marruecos…, siguiendo la tradición ilustrada y fruto de un espíritu inquieto y ávido de conocimiento, donde plasmó una gran cantidad de datos censales, económicos, geográficos... Obras que otros autores consultaron y trabajaron, como Antonio Ponz. Son numerosos los manuscritos de este autor que se conservan en la Real Biblioteca de Palacio Real.
A Monda, procedente de Coín, llegó el día 19 de abril de 1797 -tal y como recoge en su diario- a través del ancestral camino que unía esta población con la nuestra y que pasaba por la ermita de Coín, atravesaba la Vega y el arroyo Alcazarín y arribaba a nuestro pueblo. Sobre la ermita, su Virgen y su ermitaño nos deja una información corta, pero de gran interés que no vamos a tratar aquí por razones obvias. De ese camino, que todavía perdura y se utiliza, nos queda un extraordinario legado en superficie que debemos conservar, que debemos preservar para las generaciones futuras dado su enorme trascendencia histórica e identitaria. Se trata de la conocida como calzada romana de Monda, cuyo tramo empedrado extraordinariamente conservado aflora poco más abajo de la curva de los Poyetes y llega hasta el arroyo Alcazarín. y a la que muchos mondeños todavía no le damos el valor que tiene.
Como hemos dicho, Zamora, en nuestro caso nos dejó una representación básica del pueblo y de su entorno más inmediato. Además, nos ha transmitido determinados datos sobre el relieve del pueblo, sobre una toponimia ya olvidada o desconocida, sobre los viejos caminos, sobre algunas fuentes y manantiales, así como elementos que hoy son monumentos muy queridos por los mondeños y muy valorados por los visitantes.
Zamora destacaba en numerosos campos, pero el dibujo parece ser que no era uno de ellos. Sin embargo, en el que nos deja de Monda sí que podemos reconocer muchos elementos. En el centro de la composición vemos unos pequeños cuadraditos que representan las casas, el vecindario. A la derecha de los mismos observamos una torre con un recinto rectangular. No estamos seguros de si se trata de la casa fuerte del marqués de Villena (a la que no hace referencia en su manuscrito) o del castillo de Monda. Nos inclinamos más por esta segunda opción por lo evidente y destacable de la construcción y porque lo menciona en un par de ocasiones. Entre los grupos de casas observamos una pequeña línea. Se trata del arroyo de Rochiles o de la Lucía a su paso por Monda. Hay dos pequeñas rayitas perpendiculares al arroyo, que se trata de los dos puentes que lo cruzaban para conectar la parte alta del pueblo, de la zona de la plaza y calles aledañas, con lo que es hoy día la “Cerilla”. Debajo del casco urbano escribe la palabra Bujeo, refiriéndose al tipo de tierra.
Por encima del caserío se observan dos protuberancias montañosas. La de la derecha creemos que es Canuchas y la de la izquierda, las sierras de Alpujata. Por debajo del caserío aparecen dos cauces fluviales más, el de la izquierda, el más largo, aparece con su nombre: R. de Alcazarin, el arroyo del Alcazarín. Y el de la derecha, que vomita sus aguas en éste, debe de ser el arroyo del Tejar, aunque no viene recogido su nombre. Por debajo del arroyo Alcazarín hay un espacio delimitado por la pluma del autor al que llama los “llanos de Monda”, que se trata de la Vega. En la parte inferior, ya en tierras Coín, aparece reflejado el “Rio Pereila ó de la ermita de la fuen santa”. En su Itinerario dejó la siguiente descripción del entorno de Monda:
Desde ella se camina un poco pa salir a los altos desde los quales empieza y … contarse a mi entender la llanura qe corre con …. hasta Munda entre la Cordillera de la dra qe se llama la Rozuela los quemados; desilla, aza de concejo, y Majas Viejas = todas estas sierras, Montañas, cerros conforman berdaderamente una cordillera aunque a cada Monte o terreno le dan los Naturales varios nombres pa la inteligencia y uso de sus Propiedades.
Los de la izda qe forman la Vega …. de Monda se llama Cerrajon de Coin y Cerro Cinchado y Cañada del rojo y pecho de la sierra y camino alto y cerro coronado.
Estas Montañitas u cerros qe acabamos de describir de la izda son antecerros, apoios o fadas qe sobre qe se forman las cordilleras Magistrales qe enos dicho de Alpujata y de Canuchas pasando por un lado de esta ultima el camino qe ba a Marbella qe dista 3 leguas regulares.
Todas estas cordilleras
son inclinadas a Montes encinales ya alcornocales y ay algunos en la de
Alpujata oy missmo ay grandes Arboledas de dha clase y al pie de canuchas lo ay
tambien entre estas cordilleras qe acabamos de describir y qe …. subir a las ….
eminencias de las de Alpujata y Canuchas sino solo andando por las subalternas
tendra mas de dos leguas largas de circunferencia esta en el lado occidental de
ella se eleba un Monte aislado en lo llano de corta estencion de forma
regularmte pendiente Pero qe sobre ella se eleba con rapidez y escarpe un pico
sobre el qual esta el castillo de Munda. Este Cerro esta dibidido dista poco de la cordillera del Aza de Concejo
y Majas viejas recorriendo en su intermedio la cañada, y por el otro lado de
saliente se alla dibidido el Monte sobre qe esta el castillo del Monte sobre el
qe esta el Calbario, por el dcho arroyo de Alcazarin agua arroyo
qe forma da la fuente de la Jaura y arroyo de abenidas qe bienen por
alli y enbiadas por la cañada de la Zorra o de Rochiles terreno tambien …. de
caballeria y el qe va dando buelta al Monte del castillo todo en la forma qe
sigue.
Zamora describe las tierras de Monda como un pequeño valle, la Vega, rodeado de montañas y cerros por un lado y por otro. De ellos nos da cuenta proporcionando los nombres por los que eran conocidos en aquel momento y que en la mayor parte de las veces han llegado hasta nosotros. Por la zona norte estarían la que llama Rozuela de los Quemados, Dehesilla, Aza de Concejo y Majadas Viejas. Las formaciones que cierran el pueblo por la cara sur son Cerrajón de Coín y Cerro Cinchado (creemos que se refiere a Cerro Gordo), Cañada del Rojo, Pecho de la Sierra, Camino Alto y Cerro Coronado. No pasa desapercibido a este autor que las cordilleras magistrales, o mejor dicho, las sierras más prominentes, son Alpujata y Canuchas. Y especial atención presta al cerro de la Villeta, donde se encuentra el castillo:
...en el lado occidental de ella se eleba un Monte aislado en lo llano de corta estencion de forma regularmte pendiente Pero qe sobre ella se eleba con rapidez y escarpe un pico sobre el qual esta el castillo de Munda...
El otro dibujo, que elaboró el escribano mondeño Francisco González Aller en 1794, como hemos señalado, lo trabajamos en el libro El Castillo de Monda en la historia, la arqueología y la memoria y en él lo dábamos por anónimo, porque no tenía firma y además nos había llegado a través de un investigador que no recordaba con claridad de dónde lo había sacado.
La rica información que proporciona respecto a la situación geográfica de la villa de Monda y su entorno, a caballo entre el valle del Guadalhorce, la sierra de Tolox y el litoral de Marbella, es excepcional en comparación con las restantes poblaciones vecinas. Con todo acierto dibuja los distintos accidentes geográficos que tanto caracterizan el paisaje mondeño: ríos, arroyos, montañas y valles, a los que llama correctamente por sus nombres, dejando como telón de fondo el litoral mediterráneo con sus pequeñas embarcaciones En lo que a nosotros interesa, por cercanía, aparece en el mapa con la letra B el cauce del arroyo Alcazarín junto a La Vega de Monda (letra C), pequeña llanura antes de llegar a la divisoria con el término de Coín; con la letra G aparece en la leyenda Loma frente de Monda y debe corresponderse con las Lomas de Rozuelas. El cauce fluvial inmediato debe ser, en todo caso, el río de Pereilas, cuya alquería fue colonizada por mudéjares mondeños tras la conquista castellana, así como también detentaron varios molinos harineros en su rivera.
Interesa destacar la localización geográfica que hace de Guaro El Viejo (letra N), despoblado medieval conocido antaño como la alquería de los Padules;63 así como la representación de los grandes cauces fluviales que vertebran el territorio: río Grande (letra D) y Guadalquivirejo (letra J), el pequeño Guadalquivir malagueño, que no es otro que El Guadalhorce. Como detalle sorprendente, todo hace indicar que el autor conocía hasta el nacimiento de río Grande pues llega a reflejar, con bastente precisión, una cueva natural al pie de una sierra que llama de Tolox, hacia Porticate.
Habrá que convenir que el dibujo que el escribano mondeño Francisco González de Aller hace de Monda es idealizado y el conocimiento del entorno inmediato no deja de sorprender, tanto es así que aparece reflejado hasta el despoblado medieval de los Llanos del Concejo, que figura con la leyenda despoblado en el aza del Consejo y en Majadas Viejas. La mayoría de las viviendas, al igual que en otras poblaciones vecinas, se dibujan alineadas, del mismo tamaño, con cubiertas a doble vertiente, conformando un caserío de planta con tendencia cuadrangular.
Llama la atención que Monda sea la única localidad donde se representan elementos de carácter defensivo, con murallas y torres que ciñen y protegen la villa, otorgándole cierto aspecto de aldea fortificada que tampoco se corresponde con la realidad. Por lo que se observa, las murallas protegen dos de los cuatro flancos de la población conformándose nada menos que con aparejo de sillares. Las tres torres, rematadas por merlones, se alzan en los ángulos del recinto, parecen ser cilíndricas y se articulan en varias alturas con algunos vanos de acceso. Estamos indudablemente ante un dibujo ideal, ahora bien, el número de torres, tres, y su configuración espacial acogiendo viviendas, bien podría ser reflejo de la casa fuerte que levantó el marqués de Villena en la primera mitad del siglo XVI con mano de obra mudéjar.
Francisco de Zamora ofrece más datos y detalles, pero lo reservamos para el trabajo que estamos terminando y que hemos titulado LA VILLA DE MONDA EN EL SIGLO XVIII.SEGÚN LAS RESPUESTAS GENERALES DEL CATASTRO ENSENADA Y OTRAS FUENTES DOCUMENTALES Y GRÁFICAS DEL SIGLO XVIII, que esperamos que vea la luz pronto.
(c) Diego Javier Sánchez Guerra.