miércoles, 7 de marzo de 2018

SYERRA PINERLA, SYERRA NEVADA, SIERRA DE XANAR/XENAR, SIERRA BLANQUILLA, SIERRA DE JAMANER/TAMANER... LOS OTROS NOMBRES DE LA SIERRA DE LAS NIEVES



Portada de la Propuesta Conjunta de Declaración del 
Parque Nacional de La Sierra de las Nieves


Ahora que se está poniendo tan de moda la Sierra de las Nieves -y no digo entre los senderistas, estudiosos o amantes de la naturaleza, que ya hace décadas que lo está- y que está teniendo esa enorme repercusión mediática por su proceso de  declaración como Parque Nacional, hay mucha gente que me pregunta, entre otras muchas cosas, qué de dónde le viene el nombre si no tiene nieve y, a lo sumo, cuando la tiene es cada varios años que cae alguna nevada, a veces copiosa, que nos deja una estampa fabulosa de la montaña, pero que dura muy poco en las cumbres. Semanas, tal vez...




Los viejos quejigos de Tolox tras una copiosa nevada


La respuesta es sencilla: el nombre por el que conocemos hoy día esta estribación de la Serranía de Ronda, proviene del trabajo de los neveros y del comercio de la nieve que en forma de hielo se conservaba durante meses en sus cimas, oficio que se desarrolló durante casi cuatro siglos. Los neveros, como todos sabemos, recogían por medios manuales la nieve de la superficie y las almacenaban en pozos (de este tema ya hemos tratado ampliamente, por lo que se recomienda este enlace: "EL HOMBRE Y LA SIERRA (DE LAS NIEVES). EL OFICIO DE NEVERO") durante el invierno y la primavera, apisonándola y transformándola en hielo para venderla en los meses más cálidos. Los receptáculos artificiales donde se guardaba se denominan neveros o ventisqueros, pero también los hubo naturales como simas y cuevas. Esta nieve, en forma de hielo, llegaba a multitud de poblaciones, especialmente Málaga, pero también Cádiz, Sevilla, Tarifa, Olvera... ¡incluso a la misma Ceuta!, donde era utilizada en múltiples fines: para elaborar helados, hacer refrescos y enfriar bebidas, conservar ciertos alimentos y en numerosas aplicaciones médicas (rebajar la fiebre, tratar ciertas enfermedades, reducir contusiones...). 




Uno de los neveros del puerto de los Ventisqueros


Aunque actualmente sean escasas las nieves que alberga y pocos los años de nevadas, resulta que en el pasado sí que hubo muchísima más nieve y que ésta llegaba a ocupar las cumbres de la sierra durante más de seis meses al año, llegando a cotas muy bajas. Algunas fuentes documentales hablan de hasta de ocho meses cada año. ¿Qué es lo que ha ocurrido para que esto no sea ya así? ¿Cómo es posible que de esa abundancia hayamos llegado a la situación actual en la que la nieve es poco más que testimonial? Se da la circunstancia de que entre los siglos XIII-XIV al XIX, tuvo lugar a nivel mundial un acontecimiento climático conocido como la "Pequeña Edad del Hielo", en la que las temperaturas descendieron varios grados por motivos aún no del todo claros; unos señalan que tuvo su origen en una mayor actividad volcánica que provocó la expulsión de una gran cantidad de cenizas a la atmósfera que impedía en gran parte la penetración de la radiación solar, teniendo como consecuencia un enfriamiento generalizado. Otros ponen el acento en la actividad solar, y aunque es cierto que para estas fechas se detecta una fuerte bajada de las manchas solares, no está del todo clara la conexión entre una y otra cosa.

En zonas de sierras como la nuestra esa bajada de las temperaturas se tradujo en un aumento de la innivación y en una mayor permanencia de las nieves en las cumbres. Sin embargo, en el siglo XIX las temperaturas vuelven a subir, provocando el retroceso de las nieves, haciendo escasear las nevadas y sentenciando de muerte al oficio de nevero, a lo cual se sumaría la fabricación de hielo artificial.  




Otro de los neveros del puerto de los Ventisqueros


Pero me estoy saliendo del tiesto, como me ocurre siempre. Este post va sobre el nombre de Sierra de las Nieves...

Volviendo al tema. Cuando en esta zona se empezó a almacenar y comercializar la nieve en forma de hielo por esa mayor disposición del blanco meteoro que trajo la "Pequeña Edad del Hielo", empezó a percibirse, sobre todo desde el exterior, desde los mercados de consumo, esa imagen de proveedora de la nieve, especialmente entre los malagueños, principales destinatarios de su preciado producto durante los siglos XVII al XIX. Pero los lugareños, los vecinos de Ronda, Tolox, Yunquera y El Burgo, naturalmente, además de por ese, la conocían por otros nombres.

Hemos de tener presente que el espacio al que ahora nosotros denominamos Sierra de las Nieves es muy amplio y se encuentra compuesto por muchas formaciones que a lo largo del tiempo han recibido diferentes denominaciones; Para los yunqueranos ha sido “siempre” la sierra de Yunquera, para los de Tolox, la sierra de Tolox... Es un espacio que internamente está compuesto por diferentes accidentes que reciben distintos nombres y que tiene unos límites toponímicos a veces imprecisos. A ello hay que sumarle otra circunstancia de gran relevancia histórica: la conquista castellana y el proceso repoblador cristiano junto con la expulsión de las comunidades moriscas. ¿Y que tiene eso que ver? Muy fácil, los andalusíes que durante siglos vivieron y habitaron en esta zona habían aplicado sus propios topónimos, sus propios nombres de lugar a los diferentes espacios y accidentes geográficos desde hacía siglos y siglos. Tras la conquista castellana y la expulsión de los moriscos, muchos de estos topónimos se fueron perdiendo paulatinamente hasta caer en el desuso y en el más completo de los olvidos, otros se castellanizan, van apareciendo nuevos nombres para designar viejos lugares que sustituyen a los anteriores... Detrás de estos cambios se encuentran diferentes factores como la difícil pronunciación de algunos nombres de origen arábigo por los castellanos, la distinta pronunciación de otros topónimos que se acomodan más al habla castellana, distorsionándolo no sólo a nivel fonético sino también en lo que se refiere a su significado, pues son topónimos que acaban siendo completamente resignificados, resemantizados. En ese sentido los libros de apeo y repartimiento, documentos de finales del siglo XVI que se elaboraron tras la expulsión de los moriscos, atesoran un paisaje toponímico en muchos casos fósil de una inusitada riqueza y de un extraordinario interés.

La primera denominación que inequívocamente designa a la Sierra de las Nieves, la encontramos en un documento muy antiguo en una fecha tan temprana como los últimos años del siglo XV, que se refiere a otro anterior de las primeras décadas del siglo XIV. En el expediente de un pleito del año 1496 que tuvo lugar entre la ciudad de Ronda y la de Málaga por sus límites jurisdiccionales y que se encuentra en el Archivo de la Catedral de Málaga, aparece la traducción y el traslado de un documento arábigo mucho más antiguo, en concreto del año 1324, en plena época nazarí. Este documento ha sido recientemente estudiado por Esteban López García y Virgilio Martínez Enamorado para su libro "El paisaje de Tolox a través de su toponimia andalusí en la documentación castellana"En ese traslado se halla la denominación más antigua que existe de la Sierra de las Nieves: Syerra Pinerla, en clara alusión a la existencia de pinos (¿o pinsapos?) en estos lares. El topónimo, que tiene un indudable origen romance, o sea, que se formó con anterioridad a la islamización de la zona, logró sobrevivir a una intensa arabización y mantenerse oculto y olvidado en viejos y raídos documentos hasta nuestros días.

Siguiendo con el tema archivístico y documental, a finales del siglo XV, tras la conquista castellana, se genera una abultada documentación en materia de repartimientos, pleitos por lindes, ocupaciones ilegales de jurisdicciones vecinas... donde emergen multitud de topónimos y nombres de lugar. Se conserva una denuncia de 1499 de los mudéjares de Tolox por la entrada de ganados de Ronda y Marbella en tierras toloxeñas, donde aparece el nombre de Syerra Nevada para designar a la sierra de Tolox que ocupa la Sierra de las Nieves. Y es el primer alcaide de esa villa, Sancho de Angulo, quien confirma el delito volviendo a recoger el susodicho topónimo:

Algunas personas de la ciudad de Ronda e otras tierras de su mandado se han metido en los propios términos de la dicha villa de Tolox que es de la dicha ciudad de Málaga en la Syerra Nevada del pinar de la dicha villa...

El libro de apeos de Tolox (siglo XVI), que está siendo objeto de un profundo estudio y análisis por el citado investigador Esteban López García, nos ha deparado numerosas sorpresas toponímicas en referencia a la Sierra de las Nieves.  En él, entre otros como Sierra Blanquilla, se conserva un curioso topónimo: Xenar, también de origen andalusí. En el citado libro de apeo se recoge:

... que en esta villa hay una dehesa que llaman de Xenar que es en lo alto de la syerra Blanquilla en ella que es muy corta e de muy poca agua porque los ganados que son en la dicha dehesa muchos años no tienen donde beber...

El topónimo Xenar, que habría que relacionar con el nombre del río Genal y el precioso valle que lo rodea, está haciendo referencia al lugar que hoy conocemos por meseta de los Quejigales. Ese lugar, como dice el documento, se empleaba como dehesa boyal, como lugar de pastos para animales de arada, estando su límites claramente definidos en el libro de apeos de Tolox:

Apeose una dehesa boyal que es en el termino de la dicha villa de Tolox en lo alto de al syerra que dizen Blanquilla que alinda con el termino de la çibdad de Ronda partiéndola los mojones del dicho termino que comiença desde una majada que llaman de la Perra y aquí esta un mojon de piedras donde comiença la dicha dehesa e va partiendo entrel dicho termino de Ronda hasta asomar al rio Verde arriba de otra majada de Caalhyta que esta allí otro mojon de la dicha dehesa e desde la dicha majada viene a dar por la dereçera a la cueva que dizen de las Palomas e aquí ay otro mojon e desde allí buleve derecho a la majada de la Perra donde se començo este deslinde quedando los dichos mojones en torno de la dicha dehesa como redonda.




Sin embargo el topónimo Xenar aparece siete décadas antes (e incluso, antes, en documentos de finales del siglo XV) en otro documento sobre lindes entre Ronda y Málaga en el año 1502:

En el pleito que es entre el concejo, justicia e regidores, caballeros, escuderos, vecinos e moradores de la noble ciudad de Málaga en su nombre de una parte, e el concejo, justicia, regidores, caballeros, escuderos de la noble ciudad de Ronda e su procurador en su nombre de la otra, sobre cierto debate e partición e devisión de términos de la syerra que dizen de Xavar e montes a pastos della que ay e es entre las dichas ciudades sobre la dicha syerra de Xanar e montes e pinares e pastos della sobre que es este pleito.

Por tanto y que sepamos hasta ahora, los dos topónimos más antiguos por los que se conocía este espacio eran los de syerra Pinerla y syerra de Xanar o Xenar. El empleo de Xavar, parace ser más un error del copista que otra cosa.

No obstante son muchas más las denominaciones que a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII aparecen en numerosas fuentes documentales y archivísticas que hacen referencia a este espacio como consecuencia del negocio de la nieve y de los conflictos y litigios que generaba, así como los pleitos entre lindes de estas poblaciones. Estas denominaciones, como es natural, suelen convivir en el tiempo, unas más y otras menos. Algunas acabarán cayendo en desuso, pero otras se mantendrían. En ese sentido la denominación que más suele aparecer en las fuentes documentales y bibliográficas, sobre todo a partir de mediados del siglo XVI, es la de Sierra Blanquilla, o Sierra Blanquilla de Tolox, evidentemente dada por la tez blanquecina que le profieren las rocas calizas. Ese nombre, además de en numerosos pleitos e informes, aparece incluso en crónicas y otras obras, como la de Luis del Mármol Carvajal, “Historia del Rebelión y Castigo de los Moriscos del Reino de Granada”, publicada hacia 1600. Nos relata este cronista que participó en la guerra de los moriscos:

Tomando pues a la parte de levante de Ronda, donde llaman la Jarquía, encima de la villa de Tolox, que es de la joya de Málaga, cuatro leguas de la mar, está Sierra Blanquilla, más alta que otra del reino de Granada.


Portada del libro de Luis del Mármol


En numerosos documentos que obran en el Archivo Histórico Nacional referentes al marqués de Villena, señor de Tolox y Monda y propietario de las nieves y otros recursos forestales de las sierras de Tolox, también aparece profusamente este término en los arriendos que hace de las nieves de su jurisdicción a vecinos de Ronda y Sevilla. Además de en estos archivos, en algunos manuscritos de gran interés relativo a Tolox como el del doctor Pedro Ximénez recientemente publicado por el investigador Francisco Marmolejo Cantos ("Tolox en el siglo XVIII. El manuscrito del doctor Pedro Ximénez") , se repite este topónimo de sierra Blanquilla, entre otros muchos anteriores que se irían transformando o desapareciendo a lo largo de esa centuria y posteriores.




El nombre de sierra Blanquilla en un documento de primeros del siglo
XVIII que obra en el Archivo Municipal de Málaga


Portada del libro del investigador Francisco Marmolejo Cantos



En el Archivo Municipal de Málaga, en relación a este espacio y a la explotación de la nieve, existe una abultada documentación desde el siglo XVII donde encontramos muchas denominaciones; además de sierra Blanquilla, nos encontramos con sierra Nevada de Yunquera, sierra de Yunquera, sierra de la Nieve..., refiriéndose en exclusiva a la parte tocante de Yunquera. Muchos de estos nombres los ha recuperado el profesor yunquerano Juan Bardón en su magna obra “Yunquera, entre el Antiguo Régimen y la Restauración (1750-1900)”, donde dedica un completísimo capítulo al tema de la explotación de la nieve.

En el Archivo de la Catedral de Málaga obra un documento de mayo de 1491 donde se recogen los límites entre las villas de El Burgo, Casarabonela y Yunquera, en relación a un pleito mantenido por las ciudades de Ronda y Málaga. En él encontramos el topónimo sierra de la nieve:

... luego el dicho señor juez nombró e señaló por primero mojon del dicho deslindamiento de los dichos términos, el picacho más alto de la sierra nevada que se parece donde el dicho cerro del Polvo.


Además de en las fuentes archivísticas, en las obras y crónicas de algunos rondeños de los siglos XVI y XVII, como Macario Fariñas del Corral, autor de "Antigüedades de Ronda" (libro atribuido durante mucho tiempo a Fernando Reinoso y Malo) o Juan María de Rivera Valenzuela, autor de "Díalogos de memorias eruditas", encontramos denominaciones como sierra de Jamaner o de Tamaner. En el capítulo quince de "Antigüedades de Ronda", Que describe y demarca la tierra de Ronda sola, el autor recoge una breve noticia sobre la nieve producida en Ronda:

…no será fuera de propósito señalar los campos y términos que en particular tocan de esta ciudad, lo primero entra confinando con Málaga, por la Sierra del Pinar, que el moro llamaba Jamaner/Tamaner, que es la sierra que provee de nieve toda esta Andalucía Baja, y de madera de pinos la ciudad y muchos lugares …



El libro de Juan María de Rivera


En el siglo XVIII el viajero inglés, Francis Carter, emplea el mismo topónimo, pero se lo asigna erróneamente a la sierra del Pinar, en Grazalema. Sin embargo, este emérito inglés se refiere a la Sierra de las Nieves como Sierra Blanquilla, eternamente cubierta de nieve. Además de él, son muchos los viajeros que antes y después de Carter visitan estos lares, empleando estos y otros topónimos.




Una de las páginas de la conocida publicación de Francis Carter


En la siguiente centuria es el editor rondeño Juan José Moreti, que había tenido acceso a obras anteriores y otros documentos históricos, el que la llama cordillera de Comares, conocida por sierra de la Nieve, que los moros llamaban Jamares. Otros viajeros, botánicos y estudiosos de esta centuria, en función del lugar desde donde suban o el término al que pertenezcan, le llaman sierra de Tolox, de Yunquera o de Ronda... (Simón de Rojas, Edmond Boissier...).

Es más, el pico Torrecilla que todos conocemos, era denominado antiguamente como cerro de las Plazoletas, como encontramos en multitud de autores.

Con todo, andado el tiempo, el topónimo que fue consolidándose y vino a quedarse, y por el que ha sido y es conocido todo el entorno montañoso del que hablamos, es Sierra de las Nieves (y ello en detrimento del topónimo castellano de sierra Blanquilla, empleado desde al menos el siglo XVI hasta principios del siglo XX), aunque en su seno incluye numerosas formaciones con decenas o cientos de topónimos. Al menos si observamos desde el exterior, porque si le preguntamos a cualquier persona mayor de las poblaciones de Tolox o Yunquera por el nombre de esas montañas, seguramente nos va a dar otro... Esta última denominación se la debemos más a las políticas y estrategias de desarrollo rural y comarcalización que a otra cosa, que potenciaron ese nombre en detrimento de otros a la hora de crear la comarca de la Sierra de las Nieves, espacio rural que tiene como eje rector esa fabulosa montaña y al que se adhieren nueve pueblos: Istán, Ojén, Monda, Guaro, Tolox, Alozaina, Casarabonela, Yunquera y El Burgo.


Delimitación de la Comarca Sierra de las Nieves, con sus  nueve pueblos


Actualmente Sierra de las Nieves, además de designar a una comarca rural malagueña, es el apellido compartido de numerosas instituciones, organizaciones y catalogaciones, que no necesariamente abarcan esos nueve pueblos: es el nombre que recibe la comarca y el apellido de la Reserva de la Biosfera, del parque natural, del esperado parque nacional, de su mancomunidad, de su oficina de desarrollo rural...




Delimitación de la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves
que abarca doce poblaciones, entre las que se incluye Serrato.


La Sierra de las Nieves y su entorno, lo he dicho siempre, no sólo alberga una riqueza natural y ecológica excepcionales. Ese patrimonio natural se ve acompañado de un patrimonio cultural igualmente diverso, enorme y fabuloso, fruto de una dilatada historia, fruto de la relación Hombre - Paisaje desde la oscura noche de los tiempos. Y la toponimia no es ajena a esos valores histórico-culturales. Ahora que es tiempo de promoción del Parque Nacional, además de conocer mejor o más sus valores naturales, no podemos dejar pasar la oportunidad de conocer sus valores culturales e histórico-patrimoniales. 



Este resumido artículo forma parte de un estudio de mayor envergadura que versa sobre los neveros y la explotación de la nieve en la Sierra de las Nieves que está realizando el abajo firmante y que espera vea la luz en fechas no muy distantes.

© Diego Javier Sánchez Guerra