Buenas tardes a todos, especialmente a Joni del “Mornal”, a quién va dedicada esta entrada, gran amante de esta tierra.
Aunque este blog trate sobre aspectos relativos a nuestro municipio, tenemos que tener en cuenta que éste se engloba, se circunscribe, en un espacio geográfico mucho más amplio y diverso. En tal sentido Monda se encuentra encuadrada en la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves, que se compone en total por 11 municipios, el nuestro más Istán, Ojén, Guaro, Tolox, Alozaina, Casarabonela, Yunquera, El Burgo, parte de Ronda y Parauta. Todas estas localidades se encuentran en el entorno del Parque Natural de la Sierra de las Nieves pero no todos participan territorialmente en él, ya que es un espacio de menor tamaño incluido en la Reserva de la Biosfera que por sus altísimos valores ambientales ha necesitado de una normativa específica de protección y gestión.
Plano de la Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves. En verde azulado se señala lo que es la delimitación comarcal, que tiene un carácter más administrativo.
Límites del Parque Natural, mucho más pequeño que la Reserva e incluido dentro de ella.
Las Reservas de las Biosfera (catalogación otorgada por un órgano de dimensión internacional como es la UNESCO) son lugares donde Hombre y Naturaleza han convivido –y siguen conviviendo- durante milenios, donde el ser humano ha dibujado, ha modelado, unos paisajes a lo largo de la historia dejando su huella a través de antiguos asentamientos, de viejas explotaciones agrarias, de una arquitectura popular y tradicional específica,…y unas expresiones culturales muy diversas: religiosas como romerías, lúdico-festivas como las ferias y otras nuevas que esta nueva sociedad, como viva que está, va creando. Al mimo tiempo las Reservas de la Biosfera son espacios de alto valor ecológico, ambiental y natural donde existe una gran biodiversidad, pudiendo contarse también con especies endémicas. En definitiva, es un espacio de convivencia e interacción entre el ser humano y su medio ambiente, donde la voz cantante la tiene, evidentemente, el primero. Es importante saber que no se conforman como una realidad administrativa sino que su delimitación puede abarcar diferentes términos municipales de diferentes comarcas.
Man and Biosphere, Hombre y Biosfera. Anagrama de la iniciativa sobre Reservas de la Biosfera que integra un arco iris y una cruz egipcia, un Ank, símbolo de regeneración eterna.
Nuestra Reserva se encuentra en la zona occidental de Málaga, en un entorno muy montañoso integrado en las Sierras Béticas (arco montañoso que va desde Gibraltar hasta las estribaciones de Alicante, aproximadamente).
El relieve andaluz es de gran complejidad y diversidad. Obsérvese este aspecto en nuestra provincia.
La diversa composición geológica de este vivo espacio ha dado lugar a diversos paisajes:
Las sierras blancas, más altas y conformadas por rocas calizas, lo que da lugar a la existencia de muchas cuevas y a que estas montañas sean unas grandes reservas de agua (de ellas nacen el Río Verde, Río Grande o el Río Turón), habiendo tenido tradicionalmente usos ganaderos y silvícolas aunque, todavía en algunas zonas más próximas a cauces fluviales y veredas, podemos ver tímidamente los restos de antiguos bancales –ya casi devorados por la naturaleza- que antaño albergaron plantaciones de vides con las que se elaboraba grandes cantidades de pasas que se embarcaban y se vendían en diferentes mercados del norte de Europa. Por otra parte Cueva Santa en Canucha y la sima de Camino Alto en ese mismo paraje, son dos espacios cavernosos que se dan en nuestro término, en relación a esa naturaleza caliza de la geología de esos dos espacios. Hay que indicar que los famosos pinsapos tienen en las sierras blancas su mayor área de expansión, estando situados casi todos en la denominada Sierra de la Nieve, entre Yunquera, Tolox, Ronda y Parauta (aunque en la cara norte de Canucha existen unos pocos y solitarios pinsapos). Este árbol, perteneciente a la familia de los abetos, es una especie muy apreciada y protegida ya que data de la época glaciar, donde hacía muchísimo frío, y ha sabido adaptarse a lo largo de los milenios a un clima mucho más cálido como es el actual.
Foto aérea de Sierra Blanca, donde se encuentra Canucha, zona que, merced a su composición geológica, su entorno es explotado para la extracción de áridos.
Vistas desde un entorno geológico calizo como es el Torrecilla. Una de las mejores panorámicas que se pueden disfrutar en Málaga.
Las sierras bermejas, cuyo aspecto rojizo se debe al origen de las rocas que las componen, de naturaleza ígnea (que proceden del interior de la tierra y en su momento ascendieron a muy altas temperaturas en forma de una masa de piedra fundida), muy ricas en metales que al contacto con el aire, se oxidan y adquieren esa tez rojiza. Aunque la ganadería y la silvicultura han tenido también una gran importancia en este tipo de sierras, desde antiguo se ha explotado la minería relacionada con el hierro, principalmente, destacando las famosas minas de Ojén. También en la sierra de Alpujata había algunas pequeñas explotaciones de hierro hace más de cien años que quedaron abandonadas por su baja rentabilidad.
Sierra Real, en Istán, claro ejemplo de formación geológica ígnea.
En último lugar se encuentran las denominadas sierras pardas, las más bajas y con relieves mucho más suaves y alomados, de sustrato arcilloso, que se han dedicado preferentemente a la agricultura, predominando el secano (olivo –sobretodo- y almendro) pero surgiendo el regadío en los espacios en los que mana agua o existe algún cauce fluvial. La mayoría de estas tierras se encuentran volcadas hacia el vecino y rico Valle del Guadalhorce, donde van a morir una gran parte de nuestros ríos y arroyos. Estas tierras, dada su fertilidad y riqueza, han conocido la mano del hombre desde la Prehistoria y son numerosos los vestigios arqueológicos que por esta área se encuentran (dólmenes, restos de talleres donde se tallaba la piedra, asentamientos, restos de hábitat en cuevas, molinos de mano,…) relacionados con la explotación del territorio, al igual que vestigios más recientes y otros más modernos, como los molinos tradicionales y las almazaras actuales.
Al fondo una sierra caliza, en el medio una sierra bermeja, sobre el municipio de Tolox y, en primer plano, unos espacios pardos orientados al cultivo.
En estos tres espacios el hombre, “surfeando” en las olas del tiempo, ha desarrollado los diversos oficios y actividades tradicionales que han llegado hasta casi nuestros días, contribuyendo a crear y transformar los diferentes paisajes de forma imparable hasta hoy, en que también los transforma y los seguirá transformando en el futuro. Las cuevas de los entornos calizos siempre fueron ocupadas por personas desde muy antiguo, por los primeros habitantes de la Sierra, en algunas de las cuales han quedado sus huellas plasmadas en forma de pinturas rupestres o donde aparecen restos de vasijas y otros utensilios. Pero también han sido ocupadas por los bandidos y bandoleros que encontraban en ellas un refugio y por los guerrilleros echados al monte tras la Guerra Civil, los maquis, que huían del orden establecido, así como cabreros que encontraban un refugio los días más aciagos.
Cueva de las Vacas o del Tajo de Jorox, en Alozaina.
También encontramos que durante la Revolución Neolítica, hace miles de años, el hombre comenzó a modificar estas tierras al convertirse en productor, en agricultor, restándole superficie al bosque originario y cultivando productos como el cereal a la vez que comenzaba transformar el medio ambiente al igual que construían los primeros asentamientos y los primeros cementerios, que eran tumbas colectivas, los llamados dólmenes. Otra importante actividad que se potencia en este momento –y que es muy anterior- es la ganadería, que contribuye a modelar el paisaje.
Dolmen del Tesorillo de la Llaná, Alozaina.
Con la llegada de los comerciantes orientales (fenicios y griegos) llegan otros cultivos que la población indígena incorpora al territorio, como los almendros, las vides y el olivo que, poco a poco van tomando más superficie, más terreno, de lo que es hoy la Reserva de la Biosfera. A ello hay que unirle innovaciones tecnológicas como la rueda y el hierro que, en forma de arado, contribuía a conquistar más superficie para la siembra.
Cerámica griega que muestra la recogida de aceitunas.
Después de miles de años la cosa no ha cambiado tanto.
Pero con los romanos se experimenta un cambio mucho mayor ya que fomentan una agricultura de exportación fundamentada en la trilogía mediterránea: el trigo, la vid y el olivo. Grandes espacios son roturados, preferentemente en zonas llanas, en vegas fértiles, para albergar estas especies, con lo que se contribuye a alterar y diversificar el paisaje. El bosque mediterráneo retrocede y el paisaje se va poblando de villas rurales, construcciones muy parecidas a nuestros cortijos tradicionales, desde donde se organiza la explotación del territorio y se transforman los productos agrícolas para, mediante numerosas calzadas y caminos, eran llevados al puerto de Málaga y transportados a numerosos puntos del Imperio.
Interior de una villa rural romana.
Una villa romana en su contexto espacial. Obsérvese como el paisaje que la rodea está debidamente organizado en parcelas con diferentes cultivos.
Los musulmanes contribuirán también a esta pluralidad de espacios que tenemos hoy en la Reserva ya que fomentan sobremanera el regadío, creando los paisajes de huertas asociados a arroyos y ríos, con sus acequias y bancales, amén de nuevos productos para el cultivo. El agua de los cauces fluviales es desviada y empleada en otros menesteres, como el alimentar los molinos o batanes, afectando a los mencionados cauces que ven mermadas sus aguas. Los andalusíes poseen también una agricultura de exportación basada principalmente en los frutos secos, como higos, almendras y muy especialmente pasas. Para ganar espacio para el cultivo de la vid (de la que se extrae la pasa) se abancalan laderas enteras, haciendo retroceder más el bosque y haciendo subir los cultivos más arriba, dejándonos esos paisajes de laderas escalonadas. Igualmente la mayoría de los pueblos con sus castillos tienen su origen en esta época.
Huertas de Jorox, en Alozaina.
http://www.sierradelasnieves.es/album/albums/Alozaina/AL_P_jorox_Album.jpgLa llegada de los cristianos da lugar a fuertes cambios ya que siendo esta una zona montañosa introducen grandes cantidades de ganado que afectan negativamente a los espacios forestales los cuales, al perder demasiada cubierta vegetal y ser tan pronunciados, sufren fuertes procesos de erosión. A ello también contribuye la práctica del carboneo y la explotación maderera de la zona (construcción, cocina, calefacción,…).
El exceso del carboneo, junto con otras prácticas, favoreció la desaparición de gran parte de la masa forestal.
A lo largo del tiempo la práctica ganadera excedió la capacidad de carga de algunos entornos serranos, como es el caso del pinsapar, que se vio muy mermado hace algunas décadas.
El fuerte retroceso que sufre la vid hasta casi llegar a desaparecer a finales del siglo XIX por la plaga de la filoxera, hace que casi todas se pierdan, por lo que empiezan a sembrarse gran cantidad de olivos en los espacios que llevaban ocupando las viñas desde hacía siglos. Igualmente los huertos, antaño llenos de vides, son repoblados con naranjos que hoy día están siendo desplazados por el aguacate, producto más rentable. Junto al olivo también se plantan almendros, pero en menor medida que aquel.
En Yunquera todavía se sigue manteniendo el milenario oficio de la explotación de la vid.
La minería del XIX también afecta gravemente a los paisajes de la Reserva ya que para fundir el metal necesitaban energía calorífica, que producían con el carbón vegetal que hacían los carboneros, afectando gravemente espacios como la Sierra Blanca, a las espaldas de Marbella.
Restos de la ferrería de Río Verde de mediados del siglo XIX.
Aproximadamente en los años cincuenta y sesenta, para combatir el paro, la Dictadura llevó a cabo una importante labor de repoblación de espacios forestales a nivel nacional. En nuestro territorio se repoblaron con pinos muchos montes, que hoy día forman parte de la Reserva. Aunque la excesiva explotación forestal de la Sierra de la Nieve casi hace desaparecer al pinsapo, gracias a la acción humana se pudo reconducir esta situación y hoy día tenemos un pinsapar muy denso y vivo, gran
reclamo de visitantes y turistas.
Pinsapar nevado.
En los últimos años se están produciendo fuertes cambios en el paisaje. En los años sesenta la emigración desde el mundo rural a ciudades industriales de España o al extranjero motivó el abandono de muchas fincas de labor que casi han sido “devoradas” –o recuperadas, según se mire- por la masa forestal. La construcción de los últimos años está motivando también un cambio en el paisaje al proliferar muchas viviendas en el medio rural.
Pero es que el hombre, a lo largo de la Historia, ha dotado de su memoria todos estos espacios dándoles a cada uno de ellos una serie de nombres relacionados con episodios bélicos, usos del territorio, diferentes episodios,…como Puerto de la Refriega, en referencia a las guerras de los moriscos; Alpujata, antiguo vocablo hispanoárabe que significa alberca, por el uso de espacio irrigado que ha tenido y tiene el lugar; etc,… Además de la biodiversidad en materia biológica, podemos decir que hoy día existe también una fuerte biodiversidad cultural ya que en los últimos lustros la afluencia y afincamiento en la Reserva –especialmente en los pueblos que, como Monda, se encuentran más próximos a la Costa del Sol- de personas provenientes de diferentes países está enriqueciendo y diversificando más el acervo cultural serrano.
El mundo sigue y da vueltas, y vueltas, y vueltas. Y más vueltas. Y mientras las siga dando seguiremos actuando sobre el territorio así que, cuando miremos un paisaje en nuestra Reserva de la Biosfera, no estaremos viendo una foto fija sino el fruto de la convivencia entre el Hombre y la Naturaleza a lo largo de la Historia, a lo largo de cientos de generaciones, hasta nuestros días. Recomiendo un pequeño ejercicio para cuando tengáis un poco de tiempo. Es muy sencillo. Consiste en apagar la tele y dejar de ver a personajes como la “irreciclable” Belén Esteban (que no se como se pondrá la corona de “princesa del pueblo” con las dos protuberancias que le han crecido) o esas telenovelas sudamericanas plagadas de mujeres neumáticas y “suarceneguers” caribeños. Dejar de jugar a esos juegos tan macabros de la “pleiesteision”, que nos hacen estar fijos a una pantalla durante horas, y volver la mirada hacia nuestra Reserva. Y sentirnos afortunados por vivir en uno de los 564 espacios más exclusivos del mundo (incluso más exclusivo que la Milla de Oro, por supuesto).
Otra imagen más del pinsapar.
Aprovecho estas letras para comunicaros que los días 22, 23 y 24 de Octubre, en El Burgo, se van a desarrollar unas Jornadas sobre Gestión Forestal en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves que serán bastante interesantes. Más información en el siguiente enlace:
Un saludo y hasta la próxima.
Diego Sánchez.
Felicidades, Diego, por tu blog. Escribes cosas muy interesantes y estoy aprendiendo mucho.
ResponderEliminarmuy muy interesante tio ! Gracias a ti !
ResponderEliminarHIHAN!