jueves, 27 de noviembre de 2025

EL BURGO, MÁLAGA, Y SU REPRESENTACIÓN EN EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA (1751)

 

Representación de El Burgo en el Catastro de Ensenada 

 

    De los pueblos que sobre este tema he tratado en este blog, creo que El Burgo es de los pocos a los que no le he dedicado una entrada en relación a su representación pictórica en 1751 para el Catastro de Ensenada. Y a decir verdad, creo que no le he dedicado aún ningún post y eso que vengo preparando algo sobre el Castillo de Miraflores desde hace algún tiempo. Pero cada cosa en su momento.

    Y no acabo de entenderme a mí mismo, porque El Burgo es uno de los pueblos más bellos y con más solera de la provincia de Málaga y con uno de los mejores entornos. No es peloteo. Lo pude comprobar (y disfrutar) hace unos años cuando elaboré el MANUAL DE BUENAS PRÁCTICAS PARA LA ARQUITECTURA POPULAR DE LA SIERRA DE LAS NIEVES. Es de los pocos pueblos que conservan una arquitectura popular de hondas raíces tradicionales, al menos en lo que podríamos llamar su casco histórico, con un ambiente callejero realmente de pueblo y gentes muy hospitalarias. Lo visité hace poco, en octubre de 2025, y me sorprendió muy gratamente que se siga conservando tan bien su arquitectura popular. Además, se encuentra rodeado por unos paisajes impresionantes, nota que comparte con el resto de pueblos de la comarca. No en vano nos encontramos dentro de una Reserva de la Biosfera. Cuando alguien me pregunta, siempre recomiendo la visita a El Burgo.

 Panorámica de El Burgo 

    Este pequeño artículo versa, como su título indica, sobre la representación de El Burgo en el Catastro de Ensenada. Pero ¿Qué es el Catastro de Ensenada? Ya lo he comentado otras veces en este blog, pero vamos a por otra, que no está de más.

    El Catastro de Ensenada es un documento que se redactó a mediados del siglo XVIII en unos 15.000 lugares de la Corona de Castilla y que buscaba contabilizar toda la población y recoger todos los elementos productivos, rentas, oficios, propiedades, ganados… aportando valiosos datos económicos y paisajísticos, entre otros. A la descripción del pueblo y de sus cultivos, negocios, empresas, riquezas, rentas, etc… acompañaba en la mayoría de los casos un dibujo que recogía los elementos más importantes de cada municipio.

    El promotor de tan magno trabajo fue Zenón de Somodevilla y Bengoechea, el Marqués de la Ensenada,  Secretario de Hacienda. El objetivo que perseguía al hacer un catastro en el que se recogiera todas las actividades y productividades económicas del reino (oficios, censos, arrendamientos, rentas, propiedades…) era el de obtener una valoración de la riqueza que se producía con la finalidad de crear una única contribución dado que, por la naturaleza de la composición del reino, agregada de múltiples territorios con tradiciones, costumbres, lenguas… diversas, el sistema impositivo no era el mismo, lo que producía fuertes desequilibrios y que a la Hacienda Real se dejara de ingresar importantes cantidades de dinero. 


El Marqués de la Ensenada   , yo creo que el pintor, que cobraba por hacer el retrato, fue bastante indulgente con el rostro del marqués

    No lo hacía por bonhomía, ni por justicia social, ni por tener una temprana visión socialista de la fiscalidad, ni porque fuera un sanchista irredento… lo que querían el Marqués y las autoridades del momento era establecer un sistema impositivo más ágil y recaudar más dinero, pues era difícil mantener un imperio de aquella envergadura que ya había entrado en franco declive y al que las potencias europeas, especialmente la Corona Británica, trataban de socavar. Ahora bien, en el planteamiento del catastro no se libraban ni el estamento clerical ni la aristocracia, los nobles, cosa que, entre otras hizo naufragar el proyecto porque estos estamentos eran y son (actualmente el estamento eclesiástico y la "aristocracia" capitalista) muy reacios a contribuir con el desarrollo y el futuro del país y de sus gentes con los impuestos. Esto no es nada nuevo.


 Portada del Catastro de Ensenada de El Burgo

 

    En cada aldea, en cada pueblo, en cada ciudad, se llevaron a cabo unas valoraciones de lo que producía la tierra, el ganado, las actividades comerciales, los oficios…a través de un Interrogatorio General con 40 preguntas en el que participaban las personas principales de las poblaciones (concejales, alcaldes, curas, escribanos…) que daban cuenta de las preguntas del Interrogatorio. El Catastro de Ensenada referente a El Burgo se puede consultar en el Archivo Histórico Provincial de Granada (Archivo Histórico Provincial de Granada. Hacienda. Administración de Rentas Públicas. Catastro de Ensenada. Libro 1109, f22r.), que alberga el dibujo del que aquí tratamos. Pero existe una copia digital que no incluye el dibujo que se puede consultar en abierto, online en:

https://pares.cultura.gob.es/catastro/servlets/ServletController?accion=4&opcionV=3&orden=0&loc=12981&pageNum=1

 


 El Burgo en el Catastro de Ensenada (PARES)

 

    Fue tal el volumen de papel que demandó esta empresa en la época, que todos los molinos de papel del reino no dieron abasto para cubrir la demanda y hubo que importarlo en cantidades masivas desde la vecina Francia.

    El Catastro de Ensenada es un documento de un gran valor informativo y documental. En la mayor parte de los casos venía acompañado de un dibujo de la población. Unos son más detallados que otros en función de la pericia del autor. En la Sierra de las Nieves existe de todos los pueblos salvo de Yunquera. El de Alozaina es muy parco, dado que se compone de tan sólo un trazo con su planta, pero no se llegó a dibujar casas, ni edificios…. Nada. Una verdadera lástima. En el resto de los pueblos sí que llegaron a realizarse y aunque unos están más elaborados que otros, se pueden distinguir los rasgos básicos definitorios de estas poblaciones hace más de 250 años. Un cuarto de milenio. Se dice pronto.

    El Catastro de Ensenada de El Burgo fue estudiado y publicado por Agustín García Chicón en 2001 en un denso libro al que tituló “El Burgo según el catastro del Marqués de la Ensenada (1751-1756)"

 

 El libro de García Chicón 

    Estamos ante una representación de El Burgo un tanto precipitada porque podemos observar como el nivel de detalle del dibujo no es tan bueno como el de otras poblaciones, que son verdaderas obras de arte. El trazo es grueso y puede observarse como la pluma con la que el técnico realizó el dibujo, iba bastante cargada en algunas líneas porque se ve que una vez realizado el trazo, este se engrosa. Lo observamos en algunos detalles del puente, de la iglesia, de algunas casas…

    Por otra parte, esta representación carece de perspectiva, como la mayoría de las representaciones del catastro. Aún así podemos identificar fácilmente algunos edificios y elementos. Cualquier vecino o vecina de El Burgo, a simple vista y de forma rápida, puede distinguir entre el caserío varios elementos, a saber, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, el cauce del río Turón, un puente de un sólo ojo sobre el río Turón y el Convento del Santo Desierto de las Nieves circundado con lo que parece una cerca. 

 
Aspecto del caserío
 

    La composición se encuentra coronada por la iglesia, bajo la cual se desparrama el caserío. Junto a ella, a la izquierda, aparece una edificación que Agustín García ha venido identificando como la ermita de San Sebastián.

    Las casas se representan de forma muy similar, con volúmenes cúbicos y planta calle más cámara, con vanos como la puerta y alguna que otra ventana. La cubierta se representa a dos aguas, con teja mora o de medio cañón rematada por la caperuza del humero o chimenea. Delante de muchas de ellas se dibuja un semicírculo que no tenemos muy claro que puede representar. Quizás parte del camino/calle que unen las casas.

 

El puente

    En el dibujo aparece representando un puente de un sólo ojo dotado con arco de medio punto. ¿Ante que puente nos encontramos? ¿Ante el Puente Nuevo, el Puente Viejo o ante el del camino de Málaga, el Puente Romano? Yo apostaría a que es el conocido como Puente Romano. Aunque no es romano.


Detalle del puente
 

    ¿Porqué el Puente de Málaga o Puente Romano? Por varias razones.

    1º El camino de El Burgo a Ardales formaba parte del de Ronda a Málaga, mucho más transitado que el de Yunquera a Ronda y mucho más estratégico. Es de perogrullo que por esta parte el río contara con una infraestructura como esta desde tiempo antiguo.

    2º Lo de Puente Nuevo proviene porque es mucho más reciente en el tiempo, tratándose de una construcción ex novo

    3º Sin embargo, existe un puente sobre el Turón, el Puente Viejo (ojito con el nombre), algo más abajo del Puente Nuevo, en una zona donde el cauce es algo más estrecho. Es de una envergadura menor y aunque no estemos ante una construcción antigua, posiblemente tenga su origen en el siglo XIX o incluso antes. Este puente conduce directamente al casco urbano de El Burgo, desde Yunquera, y posiblemente formara parte de la vereda o camino viejo que unía ambas poblaciones. Es posible que este puente existiera por estas fechas y se obviara porque el dibujante tuviera mucha prisa, aunque no lo creo. De cualquier forma, tuvo que ser originalmente de una envergadura menor dado que el tránsito entre Yunquera y El Burgo antiguamente no era comparable con el de Málaga - Ronda pasando por Ardales-El Burgo.

El Puente Viejo 

    Recordemos que en aquellas fechas no existía la carretera que une El Burgo con Ronda. Ambas poblaciones se comunicaban con el sendero que asciende por el Turón y cruza bajo la espectante torre de Lifa, una vía de comunicación natural empleada desde tiempos inmemoriales y que atraviesa el valle del mismo nombre, que hoy día es muy frecuentada por senderistas.

    Volviendo al Puente Romano ¿Porqué no es un puente romano? Este puente, por sus caracteres constructivos y sus materiales, seguramente que hunde sus raíces en el siglo XVIII. Y no cabe duda de que posteriormente ha sido recompuesto en varias ocasiones pues a lo largo de los siglos su uso ha sido muy intenso y su afección por las aguas del Turón, notable. Pero no es romano. Y yo diría, incluso, que este no es el mismo puente que el del dibujo, sino otro más tardío que se construyó en el mismo emplazamiento y que posiblemente sea del siglo XIX o incluso de los primeros años del XX. Los motivos pueden ser varios, desde arreglar una infraestructura dañada por el agua o por las avenidas, hasta querer reconstruirlo para darle anchura y más resistencia, acorde con un uso más intenso. Tengamos presente que la hidrodinámica de los ríos mediterráneos es brutal, literalmente desquiciante, y que en épocas de fuertes lluvias y grandes avenidas causan enormes estragos y afectan a muchas infraestructuras. Y siempre uno de los primeros elementos más afectados por su ubicación de "vanguardia" son los puentes. Y es que un puente sobre un río impeuosamente mediterráneo tiene el tiempo contado. Muy contado.

 El Puente de Málaga o Puente Romano

  

Otra imagen del Puente de Málaga 

    Ahora bien, que sea más reciente en el tiempo no le resta todo el inmenso valor que tiene.

    El autor del dibujo ha pretendido representar en su composición o ladrillos o sillares, no estamos seguros del todo, y en los pretiles observamos unos puntos negros que interpretamos como rocas que formaban parte del muro de mampostería que los componía. Sabemos que el puente de Málaga es de ladrillo de barro cocido de gran módulo, que despliega un precioso arco de medio punto que une ambas orillas.

 

El río Turón

    El río Turón es el elemento articulador y dador de vida no sólo de El Burgo, sino también de todo su valle que a modo de gran arteria vivifica extensos paisajes y abasteció durante siglos molinos de harina, de aceite y posiblemente algunos batanes. Nace en las entrañas de la Sierra de las Nieves, como el río Grande, el Guadalevín, el Genal y el río Verde de Istán, que se embalsa en el pantano de la Concepción y se conforma como la gigantesca pileta donde abreva el turismo de la Costa del Sol. Sin él, el turismo en la costa sería de otra manera.

    Mucho más abajo, pasada la sombra de la impresionante fortaleza del Turón y el pueblo de Ardales, las aguas de este río se remansan en la presa del Conde del Guadalhorce, que contribuye a abastecer los cultivos de regadíos de este histórico valle y a la ciudad de Málaga, permitiendo su extraordinario, polémico y parasitario desarrollo turístico.


Representación del río Turón
 

    Este río, que todavía alberga unos ecosistemas de extraordinario valor, se representa en el dibujo como un cauce que discurre desde la esquina inferior derecha hacia la parte superior. En sus márgenes se dibujan varios árboles que no se pueden identificar. La verdad es que el autor no se ha calentado mucho la cabeza para representarlo.


Unos relajados galápagos leprosos se ponen morenitos al sol a orillas del Turón

¡Qué cabrones! ¡Ellos que pueden, que lo disfruten! 

 

    Como curiosidad, señalar que en Asturias existe un río Turón que nace en La Güeria de Urbiés.

 

El Castillo de Miraflores

    Llama la atención que el dibujante no haya representado ni un sólo elemento del llamado castillo de Miraflores, una fortaleza de origen andalusí que tuvo un papel crucial y estratégico durante todo el medievo, especialmente durante la etapa nazarí, período a los que pertenecen la mayor parte de los restos conservados. Sin embargo, la presencia de distintas técnicas constructivas en sus paramentos y torres lleva a pensar en diferentes momentos constructivos en distintas épocas, lo que muestra la importancia de esta fortaleza a lo largo del tiempo, especialmente durante los siglos medievales. En parte de ellos observamos el empleo de una técnica constructiva denominada mampostería enripiada, que delata la pertenencia al famoso programa constructivo del emir nazarí Muhammad V (reinados 1354-1359 y 1362-1391). Éste llevó a cabo numerosas obras de reforma, ampliación y construcción de fortalezas en todo el emirato nazarí, para conjurar el peligro de la invasión castellana. Para que nos hagamos una idea, este emir completó el Palacio de Comares y construyó el Palacio de los Leones de la ya eterna Alhambra de Granada. En la Sierra de las Nieves, por estas fechas, se mejoran las fortalezas de Tolox, Alozaina y Monda, donde se aprecia la influencia de ese programa constructivo. Incluso en la torre de Lifa es posible apreciar esta técnica constructiva. 


Una de las torres del castillo de Miraflores

    Esta fortaleza ocupaba (y ocupa) la parte más elevada del cerro en el que se encuentra el pueblo, conformando un espacio fuertemente protegido por recias murallas y torres, en parte aún observables, donde hubo otros elementos como aljibes, determinadas dependencias y posiblemente dos accesos, uno al este, a través de calle Pretil y otro al oeste, en calle Calzada. Es incluso posible que contara con un arrabal cercado con un acceso a través de la actual calle Escaloncitos, que lo conectaría con la zona de la actual plaza de la Villa a través de un portillo. Curioso es que perpendicular a esta calle se encuentre la calle Porrillo, que parece seguir el trazado de la antigua muralla y donde se observa alguna que otra torre. ¿Acaso estamos ante la corrupción de Portillo? Pero esto es sólo una especulación.

Fotos de mediados del siglo XX de una de las torres

 

La misma torre en octubre de 2025


    Se ha especulado mucho sobre el origen de El Burgo asociado a un espacio fortificado muy antiguo sobre el cerro donde se asienta el castillo, la iglesia, la plaza de la Villa… Recoge Gómez Teruel en El Castillo de El Burgo (Revista Jábega, n.º 3 de 1973):

En el Castillo se puede ver el paso de distintas culturas: su origen fue un poblado céltico; los cartagineses construyeron una torre vigía (Torres de Aníbal); en tiempos del emperador Trajano tuvo privilegio imperial, por ser paso obligado durante años de las legiones romanas, ya que se encontraba junto a la Calzada romana que iba de Acinipo a Málaga (restos de esta Calzada se puede ver en el Puerto de los Empedrados).

    Y aunque en la actualidad esto está ampliamente superado, nos lo seguimos encontrando en numerosas publicaciones digitales. Si bien es cierto que El Burgo, por su posición intermedia entre la zona de Málaga y la zona rondeña, por la riqueza y fertilidad de sus tierras, por sus aguas… ha recibido una ocupación humana intensa, diversa, amplia y muy temprana desde los constructores del Dolmen de la Cruz Blanca (Calcolítico Antiguo) hasta nuestros días. Sólo hay que consultar el Documento de Aprobación Inicial del Plan General de Ordenación Urbanística de El Burgo, donde se recogen los catálogos del patrimonio cultural, para ponderar la enormidad arqueológica y patrimonial de su territorio, que no es más que el reflejo de la honda huella de la presencia humana en un territorio de una riqueza excepcional. Desde luego que el cerro que ocupa el pueblo y el castillo debió estar ocupado desde muy antiguo.

    No vamos a seguir por esta senda y volvamos al dibujo de marras, en el que no atisbamos nada que podamos conectar con la singular fortaleza burgueña a excepción de un elemento que después de mucho mirar, mirar y remirar, cabe a la interpretación. Junto a la torre del campanario de la iglesia se aprecia un espacio en blanco rematado por dos protuberancias ¿Estamos ante un paño de muro con dos merlones? Mucha imaginación hay que tener, pero ahí lo dejo.

    En estos tiempos el castillo de Miraflores debía ser muy visible e imponente, pues los edificios solían ser de pequeño tamaño, salvo algunas excepciones. Hoy día los notables vestigios del castillo de El Burgo, que fue una de las fortalezas malagueñas más importantes del período nazarí, se encuentran parcialmente ocultos y tectónicamente parasitados por construcciones más recientes. Decir que algunos elementos se encuentran afectados negativamente por el crecimiento de la vegetación, cuyas raíces se introducen peligrosamente entre los mampuestos que conforman las torres y elementos conservados, debilitando la construcción, socavándola… con el predecible final de desmoronamiento si no se actúa y elimina esa vegetación. 


Torre afectada por el crecimiento de la vegetación
 

    Sin embargo, lo que más me impresiona es que los restos de esta formidable fortaleza no cuenten con un estudio particular, ni un Plan Director, ni se encuentren puestos en valor, dado que en potencia suponen un recurso turístico y cultural de extraordinario valor.

Imagen del pueblo de mediados del siglo XX, es impresionante el volumen de la fortaleza en aquellos años

     Bueno, pero antes de terminar con el castillo ¿sabe alguien porqué se le llama Castillo de Miraflores? Eso no lo he podido averiguar. 

 

¿Dónde están los molinos?

    Curiosamente, no aparece representado el molino de harinero cuyos restos se encuentran en el Paseo de la Acequia, junto al Turón. Un molino que al parecer, en la primera mitad del siglo XX produjo electricidad e hielo. No es una excepción en la Sierra de las Nieves. Muchos molinos harineros se reorientaron a la producción de electricidad, como el Molino de San Miguel en Istán. Otros incorporaron pequeñas dinamos para alumbrarse, como se conoce en Jorox. Los pueblos de la Sierra de las Nieves están trufados de estos maravillosos ingenios, pruebas excepcionales de la irrompible unión marital entre el agua y los aprovechamientos humanos.

 Los escasos restos del molino al final del Paseo de la Acequia 

    En estos dibujos es raro que se obvien los molinos harineros, que se representan normalmente con uno o dos arcos (como ocurre en Casarabonela o Tolox). Los molinos harineros en los pueblos eran unas infraestructuras básicas, dado que molturaban el cereal para su transformación en harina para transustanciar ésta en la base de la alimentación del mundo rural: el pan. En El Burgo a mediados del XVIII, había varios molinos de aceite y de harina. Lo sabemos porque viene recogido en la respuesta n.º 17 del Catastro de Ensenada. Había uno de aceite en el maltrecho convento, que se conserva en parte; había otro de aceite movido por agua en el partido de la Fuensanta (que incorporaría más adelante otro de harina) y cuyos restos aún se conservan y son visitables; había otro molino de aceite dentro del pueblo “que muele con vestia” y otro molino de aceite cerca del pueblo que también “muele con vestia”.

    Había un molino mixto, esto es, de aceite y de harina, que molturaba con las aguas del río Turón y se encontraba cerca del pueblo:

“...Dn Fernando de Perea tiene otro zerca del Pueblo que muele con agua del río y tiene dos piedras la una para Azeite por la que le regulan de Utilidad a el año setecientos reales Von (vellón); y la otra para Pan moler la que tiene arrendada en quarenta y seis fantegas de trigo...”

Y luego había otros dos molinos harineros movidos por las aguas del Turón, uno perteneciente al concejo de la villa y otro a

“...el conzexo desta Villa tiene otro de Pan Moler con una Parada en el partido de las huertas de arriba con agua del rio zerca de la Población…”

“...el Convento de los (….) del orden de Carmelitas Descalzos tiene otro de Pan moler con una parada Zerca del Pueblo con agua del río…”

    No tenemos forma de saber si el que se encuentra asociado a la acequia del paseo es uno de los tres últimos o si, en cambio, se trata de una construcción posterior. Lo que esta respuesta nos muestra es el fuerte vínculo de los burgueños con las aguas del río Turón.

 

Respuesta nº 17, donde se habla de los molinos de El Burgo

 

El convento, el Santo Desierto de Nuestra Señora de las Nieves

    En el ángulo superior derecho aparece representado el convento del Santo Desierto de las Nieves. El dibujante ha esbozado dos edificaciones y lo que parece una cerca, de la que parte un camino escalonado hasta la puerta del primero de ellos, que está a la izquierda. Este edificio es de volúmenes cúbicos y se cubre con un tejado a dos aguas con tejas de medio cañón, que sostiene una espadaña que albergaría una campana. Seguramente haya tratado de representar la entrada al convento. En él apreciamos tres vanos, a saber, el de la puerta de entrada, rematado con arco y otros dos más pequeños en la parte superior, a modo de pequeñas ventanas.


Representación del convento
 

    Junto a este edificio, adosado a él según el dibujo, nos encontramos otra construcción de parecidas características, sólo que cubierta por  una bóveda que se encuentra rematada con lo que parece una linterna para dar luz al interior. No tenemos conocimiento de que el convento tuviera ningún edificio que se rematara externamente con una cúpula. La iglesia si que la tiene, pero al interior. No sabemos si el dibujante estuvo realmente en el convento o realizó el dibujo siguiendo algunas indicaciones.


    Las paredes de ambas edificaciones son presentadas con sillares. No sabemos si se trata de una licencia del dibujante, si realmente tenía sillares o si, por el contrario, éstos se encontraban pintados sobre el enlucido, que era lo más común para la época. Esto se hacía para darle más prestancia a una edificación que normalmente se construía a base de humilde mampostería. Ciertamente algunos edificios del convento conservan parte de decoración pictórica parietal.

    Rodeando el conjunto se advierten varios árboles.

    Existen al menos tres representaciones más del convento. En un mapa de la tierra de Ardales del siglo XVIII, aparece fugazmente dibujado y en otra representación del siglo XVIII que tiene mucho mayor nivel de detalle. Se trata de un dibujo conservado en el Archivo Histórico Nacional que se elaboró con motivo de unos deslindes de tierras. La última se encuentra en la Iglesia del Espíritu Santo de Ronda, donde se representa a la Virgen de las Nieves y a sus pies, el Desierto y sus ermitas.


Dibujo del siglo XVIII donde se recoge el convento, las ermitas
y su cerca 
 

Representación de la Virgen de las Nieves en la Iglesia del Espíritu Santo de Ronda, con el convento del Santo Desierto de las Nieves a sus pies 
 

    A este convento también me gustaría meterle mano para mi blog, pero, ¡ay! el tiempo, el tiempo… ya veremos si llegamos. Muy recomendable la entrada que Francisco Jurado le dedica a la Iglesia del Convento de las Nieves en su irrepetible blog VIAJEROS EN CORTO.


La ermita de San Sebastián

    Según Agustín García Chicón, la construcción que se refleja en la esquina superior izquierda de la composición puede tratarse de la Ermita de San Sebastián. Si observamos con atención, esta construcción, que es muy similar al resto de las viviendas, se encuentra rematada por un campanario o una espadaña.



Representación de la ermita de San Sebastián
 

    El edificio, al que se le otorga un supuesto origen gótico, hoy día se encuentra muy restaurado. Externamente (no he tenido la oportunidad de entrar en su interior), conserva un arco de medio punto orlado por ladrillos de barro cocido y con alfiz, que se apean  en pilastras, sobre impostas. El arco está formado por dovelas de tamaño regular, al igual que el alfiz. Las pilastras alternan piezas de mayor tamaño con otras de menor tamaño, imprimiendo cierto ritmo. 

 Detalle de la portada

 


 Detalle del arco

 

    El material constructivo es el sillar de arenisca que, por su naturaleza, presenta un fuerte deterioro, de ahí que no se aprecie si tuvo algún detalle labrado. En la portada principal de la iglesia también se empleó este material, pero se conserva en mejor estado.

 

Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación

    El Burgo cuenta con una de las iglesias más bellas de los pueblos que conforman la Comarca de la Sierra de las Nieves. Naturalmente, el autor del dibujo no podía pasarla por alto.

    El templo tiene tres naves, de mayor anchura y altura la del centro, sustentadas por arcos apuntados y es que esta construcción es de finales del siglo XV. Esos arcos se apoyan en unos fuertes pilares poligonales de ladrillo de barro cocido y cuenta con una armadura de madera de tradición mudéjar. La cabecera se compone de tres capillas, la central, la capilla mayor, está cubierta por una bóveda de terceletes y ligaduras, y a sus lados se encuentran sendas capillas dedicadas a la Virgen del Carmen y la Virgen de los Dolores.

 
Representación de la iglesia de la Encarnación



    Posee dos accesos, uno lateral, del siglo XVIII, con arco de medio punto entre dos pilastras que rematan en un pequeño frontón curvilíneo, con dos piezas de cerámica. El principal, que se encuentra a los pies del templo, cuenta con una sencilla portada gótica con arco apuntado elaborado con dovelas de arenisca muy bien trabajadas. Sobre ella, una pequeña ventana cuadrada. A la derecha, un óculo. Ambos vanos dotarían de una humilde iluminación al interior. En la jamba derecha tiene dos pequeños detalles que muy pocos habrán apreciado. En uno de los sillares hay tallada una cruz y algo más arriba observamos unos viejos trazos a lápiz de complicada interpretación. La cruz es anterior a los trazos. Es imposible datar cronológicamente estas representaciones que son bastante frecuentes en nuestros templos, aunque pasen desapercibidos. En Tolox, por ejemplo, encontramos un cohete tallado en la puerta; en Ojén, algunas letras y casas; en Monda, una cruz en la puerta principal y otros motivos religiosos en puertas interiores. Estas inscripciones o grabados se extienden (o extendían) por algunas paredes de los templos, como es el caso de Casarabonela, donde encontramos algunas cruces y determinadas consignas falangistas de la época de la Dictadura.

Portada gótica de la iglesia

 

Cruz grabada en la jamba

 

 Repintado de la cruz sobre la jamba

    Junto al cabecero se levanta una torre que alberga un campanario con cubierta a cuatro aguas rematada por una cruz. Al igual que en Tolox, la torre se encuentra en la cabecera del templo. Las iglesias son edificios tan antiguos que en la mayor parte de los casos han pasado por profundas reformas, ampliaciones… que han modificado por completo su aspecto original. Ya lo vimos en su momento con la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, en Monda. 

    Sobre la iglesia de El Burgo hay cierto debate. Se viene aceptando que bajo los pies de este templo se encontraría la antigua mezquita que alimentaría la fe de los burgueños andalusíes. En 2020 la empresa Astarté-Estudio de Arqueología, S.L.L. llevó a cabo una vigilancia arqueológica en la Plaza de la Villa, a los pies de la entrada principal. Los restos cerámicos, de un muro y de parte de un pavimento de piedras que se exhumaron y fueron dataron en el siglo XVII, aunque hay que decir que los arqueólogos no agotaron el estrato arqueológico, esto es, no siguieron profundizando hasta llegar al nivel natural agotando la secuencia cultural. Eso sí, durante la excavación aparecieron restos del “zócalo original” de la iglesia a cota muy baja, con decoración incisa. Lo de la originalidad del zócalo lo pongo entre comillas porque un edificio de más de medio milenio ha debido recibir varios tratamientos y arreglos en los enlucidos de los paramentos, con lo que no es tan sencillo advertir si es o no el zócalo original. Sin embargo, indiscutiblemente, esos esgrafiados son antiguos. No puedo decir que son de cuando se levantó el templo, porque ha recibido varias reformas, pero si que tienen varios siglos.

 Restos del antiguo zócalo de la iglesia (Astarté-Estudio de Arqueología, S.L.L. ) 

    Otra de las cuestiones que se viene aceptando ampliamente es que su torre campanario tiene origen en el alminar de la mezquita. Lo cierto es que la que se conserva, al margen de que pueda determinarse su origen, responde estéticamente a la tradición mudéjar, donde se emplea el ladrillo de barro cocido y donde se abre unas ventanas alargadas y estrechas rematadas en arcos de medio punto con alfiz. Dos en sus lados mayores, una en sus lados menores. Se cubre con tejado a cuatro aguas rematado por una veleta. Llama a la vista por sus arcos y su solidez constructiva, a base de ladrillos de barro cocido, encontrándose algunos de sus ángulos reforzados por sillares o sillarejos, que se vislumbran a través de incontables capas de cal. 

 Torre campanario de la Iglesia de la Encarnación 

    Como curiosidad señalar que hace unos años durante unas obras de restauración, aparecieron bajo el pavimento de la iglesia numerosos enterramientos, que posiblemente se extiendan por parte de la plaza de la Villa. Esto es muy normal. Hasta los primeros años del siglo XIX los cuerpos se sepultaban dentro de la iglesia o en sus inmediaciones, según la costumbre. Era una forma de estar “más cerca” del Altísimo. Pero esto provocaba unos riesgos de infecciones y de epidemias muy altos, por lo que a finales del siglo XVIII, en pleno meollo de la Ilustración, la Corona ordenó la construcción de cementerios a las afueras de las poblaciones. Estaba tan arraigada la costumbre que hasta la primera mitad del XIX no se dejó de enterrar bajo las iglesias.

    Lo que no nos vamos a encontrar en esta representación es la Iglesia de San Agustín, porque se construyó a mediados del siglo XX.


    Y bueno, hasta aquí hemos llegado. Seguro que algo me dejo en el tintero. Si alguien quiere aportar algo más, que no se corte, bienvenido sea.

     ¡Hasta la próxima! 

 

 (c) Diego Javier Sánchez Guerra.

 

 

 

 

 

 

 

 

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