viernes, 19 de agosto de 2016

PASOSLARGOS Y LA LIBERACIÓN DE PARÍS, TRAS LAS HUELLAS DE UN “BANDOLERO” DE LA SIERRA DE LAS NIEVES EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


Aquel caluroso junio de 1970 iba a ser un mes especial en el entonces Parador Nacional de Juanar, un bello alojamiento que aunque hace años perdió esa categoría no extravió su encanto. Éste se enclava en el corazón de Sierra Blanca, que parece nacer en el Mediterráneo y se yergue como espectacular telón de fondo de Marbella. Me pregunto qué pasaría por la cabeza de los navegantes de la Antigüedad cuando arribaban a comerciar a estas costas y se encontraban con esta enorme montaña.
El alojamiento de Juanar se encuentra rodeado por un entorno natural envidiable donde campan los bosquetes de pinos, los castañares, algún que otro olivar y algunos pequeños bosques de pinsapos al amparo de unas afiladas sierras calizas que alindan con varios municipios. Hoy día es una zona donde brinca feliz y confiada la cabra montés y muy transitada por senderistas, turistas y visitantes que se pierden entre sus veredas y caminos buscando paz, tranquilidad, aire fresco y belleza.



El Juanar


En esa fecha, hace más de cuarenta años, Juanar y su serpenteante carretera de montaña se encontraba literalmente tomados por más de medio centenar de guardias civiles que velaban por la seguridad de un estilizado y narigudo visitante cuyos casi dos metros de altura había proyectado una gran sombra en la historia reciente, un personaje de gran relevancia política,  uno de los héroes de la II Guerra Mundial y presidente de la República Francesa de 1958 a 1969: el mítico Charles de Gaulle, que por entonces contaba con unos ochenta años de edad.



De Gaulle en Juanar


Había venido conduciendo él mismo su Citroën DS -popularmente conocido como tiburón por su perfil de escualo- desde su residencia parisina haciendo escalas en varios paradores nacionales españoles. En comparación con las alargadas y allanadas carreteras francesas que discurren por un monótono y alomado paisaje, con sus horizontes interminables, su clima húmedo y sus melancólicos cielos, las de la piel de toro, que discurren por una epidermis mucho más arrugada y abrupta, hollada por cerros, cordilleras y montañas que arañan los cielos interrumpidas de vez en cuando por algunas llanuras y valles, debió parecerle una auténtica montaña rusa mientras que la quijotesca meseta castellana, cubierta por un cielo plomizo y regada por un ardiente sol, debió asimilársele a un verdadero infierno estival.

En el Juanar este ilustre personaje pasó casi un mes en el que se dedicó a escribir parte de sus memorias -que quedaron inconclusas, pues al poco tiempo fallecería-, a dar paseos por la zona disfrutando del canto de las chicharras -e incluso por los pueblos colindantes- e inspirarse en la tranquilidad del entorno. En ellas pretendía plasmar su ajetreada experiencia vital desde sus inicios como militar, su papel durante la II Guerra Mundial como abanderado de la Francia libre y posteriormente como presidente del Estado francés. Los trabajadores recuerdan su visita con alegría pues dejó una suculenta propina mientras que la habitación que ocupó alberga todavía el escritorio donde trabajaba redactando sus memorias.



Vídeo de la visita de de Gaulle


Me pregunto si estando como estaba en España y en un municipio de Málaga, Ojén, y  trasladando su vida por escrito, recordaría o le vendría a la memoria esos miles y miles de españoles huidos de nuestro país tras la Guerra Civil que se encontraban refugiados en el país galo y que se integraron en las compañías de trabajo y en el ejército de la Francia Libre para combatir a los nazis o que formaron parte de la resistencia francesa, realizando numerosas acciones de sabotaje a los invasores. Fueron miles los españoles que perecieron defendiendo del fascismo una patria que no era la suya, una tierra que no les vio nacer pero donde perderían la vida contribuyeron con su sangre a la liberación de un país vecino que no siembre lo había tratado con gratitud. Me vuelvo a preguntar si al viejo general, al viejo y espigado héroe ya en el nadir de su existencia se le vendría a la cabeza aquel grupo de aguerridos y orgullosos españoles que habían pertenecido a una de sus unidades de élite, la 9ª Compañía de la División Leclerc o 2ª División Blindada (2ª DB), conocida popularmente como LA NUEVE, y que fueron los primeros en llegar a París para liberarla del yugo nazi ante la euforia de los parisinos. Algunos de esos hombres que llevaban años de guerra, que habían luchado en España contra el fascismo y en el Norte de África con el ejército francés, eran malagueños, pero sobre ellos volveremos más adelante…


Emblema de la 2ª DB




La Nueve tiene su propio sitio web http://lanueve.net/wp/


Durante décadas y por razones obvias la historia oficial francesa ha olvidado por completo el papel de estos españoles en la liberación de París y han minimizado al máximo su participación en la resistencia francesa y en otros frentes. La consigna oficial era que Francia había sido liberada por los franceses, que Francia se había liberado ella misma. El mismo de Gaulle en su discurso de la liberación en París el día 25 de agosto de 1944 ni tan siquiera los mencionó. Sin embargo en el desfile triunfal por la ciudad de la luz que el general iba encabezando, se hizo escoltar por soldados españoles en sus halfs tracks, vehículos mixtos semiorugas proporcionados por los americanos a los que habían puesto nombres como Guadalajara, Guernika, España Cañí -entre otros- en memoria de las batallas de la Guerra Civil Española y de algunos símbolos patrios.



El half-trak España Cañí en París


¿Pero quiénes eran éstos españoles que lucharon en el ejército francés con uniformes americanos y con las fuerzas aliadas para derrotar al nazismo en una tierra que no era la suya? ¿Quiénes eran estos hombres que despertaron la admiración y el respeto de sus oficiales superiores franceses y la envidia y el recelo de algunos otros? ¿Quienes eran estos desterrados y exiliados forzosos que lucharon con bravura? Para ello tendremos que ver el panorama social y político europeo en el que se desarrollaban ciertos acontecimientos históricos.


El avance de los totalitarismos y la II Guerra Mundial

Tras la I Guerra Mundial y el Crack del ´29 la situación económica y social empieza a complicarse en Europa; antes de acabada la guerra Rusia sufre una revolución social que lleva al poder al comunismo, provocando unas luchas de poder internas que se resuelven con una cruenta guerra civil, enormes baños de sangre, millones de muertos y la imposición de un gobierno férreo y dictatorial en manos del tirano Iosif Stalin. En Europa occidental surgen otros totalitarismos, como el fascismo italiano y el nazismo alemán, éste último aupado por la grave crisis económica y social que se cierne sobre Alemania tras perder la guerra e imponérsele un armisticio terrible: una enorme deuda económica a saldar prácticamente impagable, grandes e importantes recortes territoriales, limitaciones a la producción de sus industrias pesadas y militar… que hace que en la sociedad alemana, conmocionada por un paro altísimo y unos niveles de pobreza enormes, anide un ánimo de revanchismo creciente. El partido nazi de Adolf Hitler es capaz de catalizar todo ese descontento y llegar al poder a principios de los años treinta del siglo pasado, poniendo en marcha un programa político que exaltaba el nacionalismo alemán, potenciaba la figura de su líder, desarrollaba las infraestructuras y revitalizaba el sector industrial, especialmente el armamentístico. Cuando Hitler se sintió lo suficientemente fuerte pasó a la acción e invadió o absorbió distintos territorios en Checoslovaquia, Austria y Polonia. La invasión de este país provocó la II Guerra Mundial y que potencias como Francia e Inglaterra, a la que se sumaría más tarde Estados Unidos, se unieran para impedir el avance del régimen totalitario nazi por toda Europa.


Hitler



Stalin


Mussolini y Hitler


En España, mientras, se pasaba de una dictadura a una República que pese a las reformas llevadas a cabo no era capaz de dar solución a los problemas sociales y económicos que afectaban al país. Para más inri las clases más poderosas y tradicionalmente reaccionarias como son la Iglesia, el Ejército y los grandes capitales (banca, grandes empresas, grandes fortunas…) se unieron para dar un golpe de estado y hacerse con el poder al objeto de barrer con todas las reformas que había hecho la joven República y que les perjudicaba. Tras el golpe de estado se produjo una cruenta guerra civil que tuvo como resultado medio millón de muertos, más de un cuarto de millón de exiliados y centenares de miles de españoles internados en cárceles y campos de concentración (en la provincia de Málaga hubo varios: en Alhaurín el Grande, Antequera, Ronda, Torremolinos y en la misma capital) como presos políticos.  En multitud de ocasiones estos presos fueron empleados en régimen casi de semi-esclavitud como trabajadores en obras públicas a través del nuevo Estado y/o mediante empresas privadas (en pantanos, presas, carreteras, repoblación de montes...), que hicieron unos lucrativos negocios obteniendo unos fabulosos beneficios y que hoy día ocupan algunos de los lugares más importantes del IBEX.




Franco y Hitler


Tras la guerra civil en España se impone una dictadura que a la postre habría de ser la más longeva de Europa. Después de más de cuatro décadas de su final, más de cien mil españoles siguen enterrados en fosas anónimas a lo largo y ancho de nuestro país y muchas de las heridas siguen aún sin cerrarse...


Fosa común en Puerto Real (Cádiz)


Tras la guerra muchos miles de combatientes republicanos junto con centenares de miles de civiles se exiliaron en Francia, donde fueron internados en campos de concentración donde recibieron un trato verdaderamente denigrante, según narran muchos de los exiliados. Las autoridades francesas no habían previsto la marea humana que iba a atravesar sus fronteras y tampoco quería hacerse cargo de alrededor de 400.000 refugiados. Los que no pudieron huir al país galo y se quedaron embolsados en Valencia huyeron en barcos atestados y al punto de zozobrar hasta Argelia, colonia francesa. El último barco que zarpó de Valencia dirección a Argelia fue el Stambrook, un carbonero que con 3.500 refugiados republicanos casi se va a pique. Hubo quién huyó incluso con pequeñas barcazas y con algunos escasos víveres; unos llegaron trabajosamente mientras que otros... recordemos a los miles de refugiados, emigrantes, familias… que cada año pierden la vida en el Mediterráneo buscando un futuro las más de las veces incierto.



Exiliados españoles entrando en Francia


El Stambrook


Refugiados sirios


Ni unos ni otros tuvieron mucha suerte pues rápidamente fueron internados en campos de concentración donde padecieron hambre, frío, enfermedades, humillaciones y la violencia de sus vigilantes. Miles de españoles morirían en esos campos por las enfermedades, la escasa alimentación, la tristeza y las malas condiciones de habitabilidad aderezadas con piojos, infecciones, bacterias, pulgas...



Refugiados españoles en un campo francés


Refugiados españoles en un campo de Argelia




La odisea española: Francia y Argelia

Sin embargo los acontecimientos históricos seguían su curso muy rápidamente. Francia, al igual que muchos otros países, no había ayudado al gobierno legítimo de la II República por no meterse en camisa de once varas y por el temor que le tenía a Hitler. Pero todo había de llegar... Ante la previsible invasión alemana de Francia tras la declaración de guerra subsiguiente a la invasión de Polonia, el ejército galo trató de reclutar al mayor número de españoles que se encontraban en los campos del país. Miles de ellos se alistaron y formaron parte del ejército y de las compañías de trabajo que realizaban obras de fortificación en el Norte del territorio francés bajo unas pésimas condiciones para hacer frente a los alemanes. La invasión de Francia por parte de Alemania duró varias semanas. En cuarenta días se habían desayunado al país del croisant. Durante la invasión los alemanes hicieron cientos de miles de prisioneros -entre ellos miles de españoles- que enviaron a campos de prisioneros mientras que a los españoles los enviarían a campos de concentración como el de Mauthausen para acabar con su existencia, para ser exterminados. De los casi diez mil españoles y españolas que acabaron en los campos de concentración nazi sólo sobrevivieron alrededor de tres mil. Nueve vecinos de la Sierra de las Nieves fueron enviados aMauthausen; de ellos sólo sobrevivió uno, Francisco Domínguez Fernández, vecino de Tolox.



Españoles en el campo de concentración de Mauthausen


Francia, tras ser derrotada, firmó el armisticio con los alemanes el 22 de junio de 1940. Éstos ocuparon y administraron gran parte del país incluida la capital mientras que en la zona sureste del mismo se estableció un gobierno “amigo” a cargo del Mariscal Phillipe Pétain, el denominado régimen de Vichy, simpatizante y colaboracionista con los nazis. Pétain pasaría a la historia como un gran traidor a pesar de haber sido un prestigioso militar que alcanzó en la Primera Guerra Mundial una enorme fama al ser el vencedor de la batalla de Verdún. Tras la guerra su condena a muerte por alta traición le fue conmutada por una cadena perpetua, dada su avanzada edad.



El Marisca Phillipe Pétain



Sin embargo hubo franceses que no traicionaron a su país y que lucharon desde el principio hasta el final contra los alemanes. Fue el caso del general de Gaulle que desde su exilio inglés trató de organizar la lucha contra los invasores. También fueron miles los franceses que se integraron en la resistencia, junto con muchos españoles, y que realizaron numerosas acciones de sabotaje a los invasores. En ese contexto en el Norte de África el general Leclerc, otro reputado militar francés, recibe el encargo de atraer a las colonias francesas africanas hacia la causa de la Francia libre y alejarlas del los nazis y del régimen de Vichy. Por otra parte también se le encomienda formar un cuerpo militar, la 2ª División Blindada, más conocida por División Leclerc, para ser entrenada y trasladada a Europa para combatir a los invasores. Los españoles que se encontraban en Argelia se fueron sumando a esta mítica unidad.



La 2ª DB en Marruecos


El General Leclerc



Inglaterra y Francia. Comienza la aventura

Desde Marruecos, donde pasan un tiempo entrenando con material procedente de los Estados Unidos, la 2ª DB es trasladada al Reino Unido, a York, donde recibe más entrenamiento y material bélico americano de primera categoría. Allí es integrada en el III Ejército de los Estados Unidos dirigido por el célebre y polémico General Patton. Dentro de la 2ª DB había una serie de compañías; la número 9, capitaneada por el emérito Raymond Dronne, estaba compuesta en su mayor parte por republicanos españoles -146 de los 160 del total- repartidos en sus diferentes secciones y era conocida popularmente como LA NUEVE. No se sabe con certeza pero se calcula que en la 2ª DB había alrededor de 2.000 españoles repartidos por las distintas compañías. La 2ª DB no participó en el desembarco de Normandía (aunque si algunos españoles integrados en el ejército americano) pero fue enviada en los primeros días de agosto de 1944 a tierras francesas para servir de apoyo a la lucha contra los alemanes y la recuperación del territorio francés.



Miembros de LA NUEVE en York posando para la historia. 
¿Estaban los malagueños entre ellos?


En Normandía tendría sus primeros choques bélicos contra los alemanes, especialmente en la población de Ecouché. Allí LA NUEVE recibe sus primeras bajas mortales y varios heridos graves pero la experiencia adquirida en la Guerra Civil y el uso del material bélico de primera calidad hace que sus integrantes se destaquen en los combates causando muchos estragos al enemigo y tomando muchos prisioneros. Finalmente Ecouché es tomada y allí descansan hasta que el 23 de agosto toman rumbo a París, ciudad que hará entrar a LA NUEVE en la historia y en la leyenda. Sin embargo algunos españoles se quedaron allí a descansar para siempre.



Tras la batalla de Ecouché



Soldados españoles enterrados en Ecouché


Antes de llegar a París entre los Aliados había discrepancias. Los americanos y los ingleses querían seguir adelante dejando atrás la capital francesa para que cayera como fruta madura. No querían arriesgarse a una guerra callejera que retrasara su avance, supusiera muchas bajas y consumiera muchos recursos. Preferían centrarse en objetivos militares más importantes dado que estaban bastante más preocupados por llegar a Berlín antes que los rusos. Los franceses no pensaban de igual modo. Para ellos París, todo un símbolo, debía ser liberada además la misma población parisina y los miembros de la resistencia (donde el elemento español era notable) en vista de las circunstancias más favorables a los Aliados, había convocado huelgas y paros y se preparaba para enfrentarse a los alemanes si era necesario. París estaba preparada para un alzamiento popular y ante tal circunstancia el capitán Dronne recibió órdenes de Leclerc de avanzar sobre París pese a las discrepancias de otros mandos.


El camino de LA NUEVE hacia París


En los alrededores encontró resistencia alemana que no sin mucho esfuerzo fue liquidando, limpiando el camino hacia la ciudad de la luz. En estas acciones es LA NUEVE la que tiene el papel protagonista, la que encabeza las acciones y la que marcha por París hasta el Hotel de Ville, sede del Ayuntamiento de la ciudad. A  las nueve de la noche y ante la monumental alegría del pueblo parisino que no dejaba de cantar “La Marsellesa” llega la columna dirigida por el Teniente Amado Granell, “el español que liberó París”, un valenciano de personalidad magnética que fue oficial del ejército de la II República. Posteriormente llegó la columna al mando del capitán Raymond Dronne. Las campanas de las iglesias de París estallaban al unísono anunciando la liberación de la ciudad. Esa misma noche, junto a “La Marsellesa” sonaron canciones como "Ay, Carmela" y otras pertenecientes al cancionero republicano español hasta bien entrada la madrugada. Pero la liberación de París no había terminado…


Rotativo francés anunciando la liberación. En la fotografía el personaje de la derecha es el Teniente Amado Granell


El 25 de agosto entra el grueso de la 2ª DB en París y se producen algunos enfrentamientos y tiroteos con alemanes pues todavía quedaban algunos focos de resistencia. Uno de ellos se encontraba en la Plaza de la República, donde mueren varios soldados. Uno de ellos, al parecer, es el joven malagueño JOSÉ ORTIZ BARRIONUEVO, que se encontraba encuadrado en la Segunda Sección de LA NUEVE y que ofreció sus 26 años de vida a la causa de la lucha contra el fascismo. Una placa de homenaje recuerda a estos caídos.


Placa en recuerdo de los caídos en la Plaza de la República


Al día siguiente París era una fiesta. El desfile de la victoria fue encabezado por el general de Gaulle, que se hizo escoltar por los españoles de LA NUEVE en reconocimiento a su papel protagonista en la toma de la ciudad, pero en su discurso los dejaba fuera, ni los mencionaba:

París, ultrajada, París, rota, París, martirizada, pero París liberada. Liberada por ella misma, liberada por su pueblo con el concurso de los ejércitos de Francia, con el apoyo y la contribución de Francia entera. Es decir, de la única Francia, de la verdadera Francia, de la Francia eterna.



El General de Gaulle pasa revista a LA NUEVE antes del desfile por las calles de París




LA NUEVE desfilando triunfal por París




LA NUEVE desfilando triunfal por París



Camino de Alemania y el "final" de LA NUEVE

Pero la 2ª DB no descansa demasiado. A primeros de septiembre toma rumbo al Rin para liberar el resto del territorio francés del yugo alemán por lo que los combates, unos más encarnizados que otros, se sucederán hasta la misma frontera. LA NUEVE acusará numerosas bajas entre muertos y heridos. El día 23 de noviembre el antequerano JOSÉ ROMERO SIGALES, alias López, fue herido de gravedad en la ciudad de Estrasburgo. Después de años de guerra, lucha y sufrimiento, después de liberar París y expulsar a los nazis, muere el 25 del mismo mes como consecuencia de sus heridas y ofreciendo su vida a la lucha contra el fascismo.

Las bajas que había sufrido LA NUEVE hasta ese momento habían sido tan numerosas que había perdido su carácter de “española” pues los caídos habían sido reemplazados por jóvenes franceses. Sólo unos cuantos españoles quedaron en la unidad. Éstos llegarían hasta la residencia de vacaciones de Hitler en Berchtesgaden, el Nido del Águila o Kehlsteinhaus, que fue asaltado por los soldados aliados y que se llevaron todo lo que pudieron.



La residencia de Hitler después del asalto aliado

El capitán Raymond Dronne, militar de carrera y hombre tan respetado como admirado por sus subordinados, siempre les tuvo un gran respeto y un gran afecto y escribiría de ellos, entre otras cosas:

Los voluntarios españoles de la Nueve contribuyeron a escribir una gran página en la historia con su valor y su sangre. Tuvieron la gloria de entrar los primeros en París, de participar en el camino hacia Estrasburgo, y de terminar su epopeya en Berchstesgaden.

Jalonaron su itinerario con las tumbas de sus muertos. Treinta y cinco de ellos fueron muertos en combate o fallecieron por heridas. Más de sesenta fueron heridos.

Tuvieron el valor del soldado. Tuvieron también  el valor cívico. La mayor parte de ellos habían sido lanzados muy jóvenes a la guerra civil española. No tenían ninguna formación profesional. No tenían oficio, solamente sabían pelear. Todos se pusieron al trabajo con ardor y corazón. Casi todos se hicieron con una situación envidiable. La mayor parte quedaron en Francia. Otros volvieron a África del Norte, de donde debieron marchar, obligados por los acontecimientos. Otros incluso volvieron a España, como el teniente Granell y el sargento Caballero.

Es para mí una inmensa satisfacción y un gran honor haber sido el compañero de hombres tales, y una gran alegría el volver a verles..

Han guardado el recuerdo y la amistad; muchos de ellos se encuentran en el curso de una reunión anual; la Nueve continúa existiendo en las memorias.




El capitán Raimond Dronne



Carta del capitán Dronne donde habla de los hombres de LA NUEVE




Itinerario de LA NUEVE desde su creación


Finalizan aquí las hazañas de LA NUEVE y las de los republicanos españoles que lucharon por la libertad regando con su sangre tierras extranjeras y que es necesario recordar. La unidad estuvo activa desde 1943 a 1945, dos años tan sólo para labrarse un nombre y una reputación. Es en este punto donde comienza el mito y la leyenda.



LA NUEVE. El comienzo del mito y su olvido histórico

En múltiples ocasiones se ha señalado el papel preponderante y decisivo de los hombres de LA NUEVE en la liberación de París. Si bien es cierto que sus componentes demostraron ser hombres duros, arrojados, valerosos, aguerridos y excelentes combatientes que arriesgaron sus vidas en numerosas ocasiones mostrándose indispensables para ciertas acciones, como los recuerda el capitán Dronne en sus memorias, no es menos cierto que tras el contraataque aliado las fuerzas alemanas se encontraban mermadas, desmoralizadas y no estaban en las mismas condiciones que al inicio de la guerra ni disponían de los efectivos, materiales, pertrechos y apoyos que al inicio de la contienda. El frente ruso, que consumía centenares de miles de vidas de soldados alemanes y una extraordinaria cantidad de recursos, les estaba pasando una factura que habían de pagar muy cara con la derrota total. Además la resistencia francesa, donde se habían integrado una gran cantidad de españoles, estaba organizando un alzamiento popular en París, levantando barricadas y preparándose para la lucha.

Lo  que es totalmente cierto y que nadie les podrá arrebatar es que en su lucha contra el fascismo fueron los primeros en entrar en París repartiendo estopa y dando la cara con la incertidumbre de no saber ante cuantos enemigos podrían enfrentarse ni desde donde les podía llover las balas y los cañonazos. Fueron los primeros, efectivamente, en liberar París.

Tanto los españoles exiliados en Francia y otros lugares como los que vivían el exilio interior en España, esperaban que tras la II Guerra Mundial y la derrota del Eje, los Aliados metieran mano al último dictador de Europa occidental que seguía en el cargo y que había apoyado a Alemania: el general Francisco Franco. Pero las circunstancias internacionales empezaban a cambiar rápidamente; los Aliados, profundos anticomunistas, empezaban a rivalizar tempranamente de su aliado ruso Stalin, del que con toda razón desconfiaban y recelaban. A Estados Unidos e Inglaterra les venía mejor una España controlada por otro acérrimo anticomunista como el citado Franco, dada la singular posición estratégica que ocupaba nuestro país y la importancia territorial que estaba adquiriendo la URSS al extender su influencia por los países vecinos. Había nacido la Guerra Fría -con la que muchos de nosotros nos hemos criado- que tantas guerras, miserias y hambre habría de traer y tantas películas propagandísticas habría de producir. España siguió estando en manos de una dictadura tenazmente anticomunista gracias, en definitiva, a la Unión Soviética ¡Lo que son las cosas!

Son numerosos los protagonistas de LA NUEVE y muy conocidas algunas de sus hazañas, de ellos la figura más destacada fue el Teniente Amado Granell Mesado, conocido por “el hombre que liberó París” y que aparece en la portada del periódico que anunció la liberación de París. Sin embargo no se menciona su nombre… Amado, valenciano de nacimiento y electricista, fue Teniente Coronel del Ejército de la República antes de marchar camino del exilio y de la leyenda en el carbonero Stambrook.  Al contrario que la mayoría de españoles que se quedaron en Francia tras la guerra, él volvió a España años después a pesar de que por su pasado republicano podría haber sido encarcelado e incluso fusilado. Murió en 1972 en un accidente de tráfico. En una de las numerosas entrevistas que le hicieron en Francia dijo que estamos orgullosos de haber luchado por Francia. Queremos ser soldados dignos de Francia, pero sin renunciar a ser españoles.



El Teniente Amado Granell Mesado


Una cosa si es dolorosamente cierta y es el manto de silencio que durante décadas tanto el Estado español como el francés echaron sobre estos luchadores. A Francia no le interesaba destacar el papel de los españoles en detrimento de los franceses, les convenía destacar el papel de los franceses y minimizar el de otros colectivos como el de los españoles o el de los argelinos. En España la Dictadura y el olvido que llegó con la Transición, impidieron su recuerdo, su memoria. Empero en los últimos años son incontables los libros y artículos que en nuestro país están rescatando a LA NUEVE y sus integrantes del cajón del olvido y la desmemoria. A pesar de que nunca es tarde si la dicha es buena, muchos de los supervivientes ya han fallecido. Es en Francia donde han tenido más homenajes y reconocimientos mientras que en España siguen siendo un tema espinoso porque estos hombres que lucharon con los franceses y los aliados en contra de los nazis y del fascismo, a favor de la liberación de Europa y a favor de la democracia, eran republicanos españoles que se habían opuesto al golpe de estado del 18 de julio de 1936, que habían luchado contra Franco y que se oponían a su régimen dictatorial apoyado por las potencias fascistas europeas tales como la Alemania de Hitler, el Portugal de Salazar y la Italia de Mussolini.

Sin embargo y ya tardíamente algunos de los pocos supervivientes de la unidad, que pasan de los noventa años, han recibido algunos reconocimientos por parte del Estado francés como la Legión de Honor en un claro gesto de reconciliación con la historia y de reconocimiento de los hombres que contribuyeron a la liberación de París, de Francia y de Europa. En algunas poblaciones francesas hay calles y monumentos dedicados a ellos e incluso las tumbas de los que cayeron en combate luchando por una tierra que no era la suya pero por unas ideas de libertad y democracia que no conocían fronteras ni nacionalidades. En España, nada de nada, lo cual no es sorprendente…



Luis Royo, superviviente de LA NUEVE, recibe la Legión de Honor




Monumento a los españoles en el cementerio de Père Lachaise, París



Picasso homenajea a los españoles muertos por Francia




Pasoslargos, tras la huella de un "bandolero" de la Sierra de las Nieves en París.

Es sorprendente cómo te puede cambiar la vida un libro y a veces hasta la forma de ver  o entender las cosas. Y es que los libros están llenos de sorpresas. Esta entrada no la hubiera realizado si no hubiera caído en mis manos el libro de Alfonso Domingo titulado Historia de los Españoles en la Segunda Guerra Mundial. Y tampoco habría conocido las hazañas y desventuras de LA NUEVE, ni a los valerosos y orgullosos soldados españoles que la integraban... Una noche tomando un tinto riquísimo y leyendo con atención los testimonios de algunos miembros de la unidad recogidos en ese libro tropecé con el de un nonagenario Luis Royo Ibáñez (quizá ya el único superviviente de LA NUEVE) que, entre otras cosas, señalaba que muchos de los miembros de la división eran conocidos por su apodo porque no querían dar su verdadero nombre, principalmente por motivos de seguridad pues algunos querían proteger a sus familias mientras que algunos otros querían huir de su pasado. La sorpresa que me llevé fue mayúscula y veamos por qué:

Allí en la división casi todos teníamos apodos. Me acuerdo por ejemplo, del Amargao, uno que le pusimos así porque todo le parecía mal, hasta la comida, siempre estaba refunfuñando. A otro andaluz le pusimos Pasoslargos, porque contaba historias de ese bandido que había pasado en su pueblo, y decía que era familia, a otro Vinagre, Manuel Fernández Belmonte, en fín.



Portada del libro de Alfonso Domingo


Con el testimonio de Luis Royo Ibáñez recogido en el trabajo de Alfonso Domingo podemos inferir que hubo un tercer combatiente malagueño en LA NUEVE que era de una de las poblaciones del entorno de la Sierra de las Nieves (¿Ronda? ¿El Burgo?...) o que al menos formó parte de alguna de las unidades de la 2ª DB, adoptando el nombre del conocido "bandolero". Juan Mingolla Gallardo, natural de El Burgo, pasó a la historia con el apelativo de Pasoslargos y como el último bandolero de la Serranía de Ronda. Vivió una vida digna de ser novelada. Más que ante un bandolero, término que quizás sea arriesgado aplicarle, estaríamos ante un hombre que era veterano de la Guerra de Cuba, donde destacó como combatiente, y en que la mala suerte le habría empujado a la caza furtiva para buscarse la vida, oficio que en la sierra realizaban muchos otros. Varios encontronazos con la justicia, problemas con el juego y las deudas, reyertas con otros furtivos, delitos menores... se saldarían con su caza en 1934 por las autoridades tras el chivatazo de otros furtivos. No es, ni mucho menos, Juan Mingolla el bandolero romántico del diecinueve que idealizan los viajeros ingleses. Este es un personaje sobre el que habremos de volver en una próxima entrada.



Juan Mingolla Gallardo, Pasoslargos


¿Pero quién era realmente ese Pasoslargos del que habla Luis Royo? ¿Cuál era su verdadero nombre? ¿Era burgueño o rondeño? ¿Podría haber sido de Setenil? ¿Cómo llegó a LA NUEVE y qué papel desempeñó en ella? ¿Cómo y dónde murió? ¿Sobrevivió a la guerra y continuó viviendo en Francia? ¿Quién o quienes lo recuerdan? Esas son preguntas que todavía no tienen respuesta pero se las estamos buscando a través de archivos españoles y franceses así como algunas asociaciones francesas.

Es una tarea harto complicada porque muchos de los integrantes de LA NUEVE, para evitar represalias hacia sus familias en España, trataron de pasar lo más desapercibidos posible proporcionando, incluso, nombres falsos. Además cuando se les hacía fotos muchos de ellos no querían ni posar por temor a ser reconocidos y que sus familias o amigos sufrieran las consecuencias. Puede ser que este personaje huyera de su pueblo con la llegada de las tropas franquistas ante la sangrienta represión que se avecinaba. Posiblemente tomara el camino de Málaga para buscar refugio y se encontrara huyendo a Almería bajo el fuego cruel de los aviones y barcos franquistas, que durante días arrancaron la vida de la carne a miles de personas indefensas, a la población civil malagueña que huía apiñada en una estrecha carretera por miedo a la represión en el mayor acto de barbarie y cobardía de toda la Guerra Civil Española. Pudiera ser que huyera hasta Francia y allí fuese recluido en un campo de concentración donde le habrían obligado a alistarse en la Legión y fuese trasladado al Norte de África. Allí pudo sumarse a la división que estaba formando Leclerc. O bien pudiera haber embarcado en el puerto de Almería o en el de Valencia camino de Argelia y haber recalado en otro de los campos de concentración hasta haberse sumado a la mencionada división. Pero ¿Estuvo integrado en LA NUEVE o en alguna otra compañía de la 2ª DB? ¿Logró llegar a París? ¿Estuvo en la liberación de Estrasburgo? ¿Murió durante algunas de las batallas o, por el contrario, sobrevivió y se quedó en Francia hasta sus últimos días?… Aún no lo sabemos. Por el momento y hasta no contar con más pruebas y referencias todo lo que se puede hacer es conjeturar y plantear hipótesis.

Por otra parte la autora Evelyn Mesquida, en una labor que le llevó casi una década, fue una de las primeras personas en rescatar del olvido la memoria de LA NUEVE y realizar entrevistas personales a algunos de los supervivientes de la mítica unidad. Volvemos a encontrar una referencia a un tal Pasoslargos en su libro La Nueve. Los españoles que liberaron París, en referencia a la obtención de distintas menciones y medallas por parte de los combatientes:

Muchos más obtuvieron la Cruz de Guerra y diferentes menciones y medallas militares: Jesús Abenza – conductor del blindado Guadalajara condecorado con la Cruz de Guerra: “Oficial de una valentía serena y reflexiva”-, el Mejicano, Enguidanos (“soldado de gran valentía”), Carapalo, el Gitano –“un auténtico gitano, valeroso y audaz”-, Turuta, Pasoslargos, Fermín Pujol (Cruz de Guerra con Palma: “…extraordinario en el combate. Se ha distinguido en todas las operaciones en las que ha participado”).


Portada del libro de Evelyn Mesquida


Volvemos a encontrarnos nuevamente con Pasoslargos. La Cruz de Guerra era una condecoración militar francesa que tenía como objeto  distinguir a personas, militares o civiles, unidades militares o ciudades y pueblos que hubiesen destacado por hechos de guerra durante la II Guerra Mundial. Pasoslargos, al igual que muchos de sus compañeros, había recibido esta distinción por su valor en el combate.



Cruz de Guerra


Ahora bien, hubo un anarquista catalán llamado Ramón Vila Capdevila que destacó en la II Guerra Mundial por su  participación activa en la resistencia francesa y que tuvo varios sobrenombres: Caracremada (Caraquemada), Capitán Raymond y Passos llargs (Pasos Largos). Por sus valerosas acciones el gobierno francés le concedió la Legión de Honor que, como buen libertario, rechazó. Este hombre siguió luchando en España, en la guerrilla antifranquista, hasta encontrar la muerte. El Pasoslargos referido por Mesquida recibió la Cruz de Guerra con Palma, distintivo diferente a la Legión de Honor, y no menciona que la rechazara. No parece que se trate de las mismas personas por lo que nos inclinamos a pensar que son dos personajes diferentes (Luis Royo habla claramente de un andaluz al que llamaban Pasoslargos) en los que la casualidad habría querido que los apodos coincidieran.




EPÍLOGO. Españoles en la II Guerra Mundial

En la I Guerra Mundial España se mantuvo como país neutral pero en la II Guerra Mundial la posición de la España de Franco fue la de “no beligerante”, lo cual no significó que no apoyara a Alemania y a las potencias del Eje, pero de manera extraoficial.

Sin embargo fueron muchos los españoles que lucharon en uno y otro bando a favor o en contra de unos o de otros en batallas épicas e históricas, en lugares remotos, que combatieron y murieron en tierras lejanas, que acabaron sus días en campos de concentración, de prisioneros…  Además de los españoles de la 2ª DB de los que hemos hablado hubo algunos que participaron en el desembarco de Normandía integrados en el ejército de los Estados Unidos. En Francia, tras la invasión alemana, muchos españoles se pasaron a la resistencia y realizaron numerosas acciones de sabotaje.

Otros llegaron a combatir heroicamente contra los alemanes en la invasión de Noruega. Muchos republicanos españoles que estaban recibiendo entrenamiento en la Unión Soviética cuando Franco ganó la guerra en España y no pudieron volver, se integraron en el ejército soviético y lucharon contra los alemanes; es el caso de algunos pilotos de aviones. Finalizada la Segunda Guerra Mundial a muchos les prohibieron irse e incluso los mandaron a campos de prisioneros.

Otra unidad militar de gran relevancia histórica fue la División Azul, en la que participaron casi cuarenta mil españoles en varios reemplazos. España, como potencia “no beligerante”, no podía apoyar a ninguno de los bandos. Sin embargo las simpatías hacia los alemanes era pública y notoria y, además, la deuda que la España de Franco había contraído durante la Guerra Civil con los alemanes había que saldarla de algún modo. Por ello la España del Caudillo estuvo ayudando a Alemania con productos agrícolas, proporcionando algunos suministros y sirviendo de base y soporte a los submarinos alemanes que tantos estragos y muertes provocaron a los Aliados. Pero sobre todo ayudó a Alemania con el suministro de minerales, especialmente wolframio, cuyos mayores afloramientos se encontraban en Galicia y que era muy necesario para la elaboración de proyectiles y material bélico. El ejército español no participó en la II Guerra Mundial de forma directa porque entonces España habría ingresado en el conflicto de parte de las potencias del Eje y la historia hubiera sido distinta, pero el gobierno auspició la creación de un cuerpo de voluntarios que marcharon en apoyo de los alemanes, la División Azul, donde se incorporaron miembros del ejército y civiles para luchar contra el comunismo soviético en lo que sería un auténtico infierno: el frente ruso. Allí vivieron un rosario de calamidades y sufrimientos y despertaron el recelo y la admiración de la oficialidad alemana tanto por su falta de disciplina como por su valentía y arrojo en la lucha.

Combatiendo contra los rusos morirían miles de españoles y otros miles caerían heridos o gravemente enfermos además de con severas amputaciones a causa del gélido frío. Muchos cayeron prisioneros de los soviéticos y pasaron más una década en campos de prisioneros rusos en Siberia siendo explotados y soportando enormes vejaciones hasta que en 1954 fueron repatriados los 220 prisioneros españoles que quedaban vivos. Llegaron al puerto de Barcelona en el buque Semíramis, fletado por la Cruz Roja.



Madrid despide a los miembros de la División Azul



Tumbas de divisionarios españoles en el frente ruso


Muchos de los cuerpos de los divisionarios que murieron en el frente o en los campos de prisioneros fueron repatriados por el Gobierno español hace muy poco tiempo y entregados a sus familiares. Numerosos sectores civiles y políticos le han echado en cara al Gobierno, y con bastante razón, que no se hiciera lo mismo con las víctimas de la Guerra Civil que aún siguen en fosas comunes en suelo patrio -más de cien mil- pues tanto unos como otros son españoles. La polémica sigue servida...

Capítulo aparte merecen los españoles que fueron a parar a los campos de concentración nazis. Casi diez mil de los que tan sólo lograron sobrevivir alrededor de tres mil, una historia también poco conocida pues eran republicanos que acabaron en los campos de concentración y de los que el gobierno español de la época se desentendió por completo. Sólo las familias de las víctimas y las asociaciones han mantenido viva la memoria de estas personas. Fueron cientos de malagueños los que pasaron por el infierno de Mauthausen y algunos llegaron a sobrevivir. En la Diputación de Málaga hay un monumento, Sombras de Luz, inaugurado en 2007 y dedicado a las víctimas de este terrible campo de concentración en las que aparecen los nombres de los asesinados pero no de los supervivientes (¡!), que también fueron víctimas. Este monumento se encuentra bastante deteriorado pues se encuentra sucio y muchas de las letras que componen los nombres de las víctimas, se han perdido...

Isabel, Fernando, Águila Roja… Es curioso pero para estos españoles que vivieron increíbles aventuras y pasaron por terribles experiencias de verdad, para estos auténticos valientes, no hay películas ni series de televisión… solo olvido y más olvido.


Diego Javier Sánchez Guerra