miércoles, 14 de enero de 2015

UN DIBUJO DE ISTÁN EN EL CATASTRO DE ENSENADA (SIGLO XVIII)


 En post anteriores he hablado de la imagen de algunos pueblos de la Sierra de las Nieves en el Catastro de Ensenada, como Guaro, Tolox y Monda. Hoy le ha tocado el turno al municipio de Istán.

Siguiendo la línea de los anteriores dibujos, podemos observar como la representación de las construcciones, los edificios y la vegetación, se hace con una total planitud, con una acentuada bidimiensionalidad que ni busca desarrollar la perspectiva ni tiene ningún interés por representar la profundidad.

Las líneas se ejecutan con trazos decididos y de color negro (no encontramos el colorido ni los matices de la representación del de Tolox), pero se realiza un relleno de fondo algo más difuminado. En el dibujo se indican los puntos cardinales, Levante, Poniente, Sur y Norte con una exquisita caligrafía. Así mismo, establece una separación entre el casco urbano, lo ordenado por el hombre, y el espacio serrano, lo ordenado por la naturaleza, al emplear el término Sierra a la parte superior del dibujo, la zona que presumiblemente podríamos relacionar con Sierra Blanca. Amén de las edificaciones, se distinguen otros elementos como la vegetación y el curso fluvial, pero pasemos a verlos pues.





En la parte inferior de la representación nos encontramos con el edificio más prominente y destacado, la iglesia de San Miguel Arcángel. Se representa con una sola nave con cubierta a dos aguas (la que tiene) con dos accesos ejecutados con arcos de medio punto. El principal coincide con el actual, pero el lateral se encuentra no en este lado, sino en el que da a la plaza y que en el pasado fue cegado. Es posible que el dibujante quisiera representarlo de esta manera. Los muros aparecen reflejados con despiece de sillares, lo que podría suponer dos cosas: o una licencia tomada por el dibujante o que representara un dibujo decorativo de la fachada que hoy día no se conserva o que se encuentra bajo numerosas capas de cal. En esta época era bastante común que en las paredes de las iglesias y edificios de las familias más acaudaladas, se representaran dibujos arquitectónicos como paños de sillares, columnas, ladrillos, bustos…  En el cabecero exterior de esta iglesia todavía se conserva algunos restos de decoración pictórica que emulan bandas de ladrillo de barro cocido.




Restos de pintura parietal imitando bandas de ladrillos ocultas por la cal. Se aprecian el trazado de las líneas porque esta decoración se realizaba cuando el enlucido estaba fresco (así la pared absorbía la pintura), esgrafiándose primero los contornos de los elementos que se querían representar.


Otro elemento notable y destacado en la iglesia, único en la Sierra de las Nieves, es su original espadaña esquinada en uno de los ángulos del edificio, junto a la entrada. En el dibujo se representa con dos vanos superpuestos ocupados por campanas, con un tejadillo a cuatro aguas y rematado por una veleta, herencia barroca de la reforma a la que fue sometida en el siglo XVIII. Hoy día el vano inferior de la espadaña aparece ocupado por el reloj.




En la parte inferior izquierda del dibujo localizamos otro de los elementos de interés de Istán, hito arquitectónico y de la identidad de los panochos desde hace más de medio milenio y muy vinculado a su historia: hablamos de la torre del Bachiller Escalante. Se trata una torre de alquería levantada en época medieval (germen del pueblo de Istán, como sucede en otros pueblos de la Sierra de las Nieves) y el singular escenario del levantamiento morisco de 1.569, sitio donde tuvo lugar la heroica resistencia de la sobrina del Bachiller, Juana Escalante, que durante largas horas y con una seria herida en un brazo, tuvo que resistir desesperadamente y duras penas en la susodicha torre, el continuo asedio de los moriscos de Istán, no sin antes haber dado muerte a uno y descalabrado a varios de ellos. De este acontecimiento nos habla con sumo detalle Luis del Mármol Carvajal en su Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada.

 


 Realmente no se conoce el estado en que se encontraba en esta época, pero aparece representada con varias plantas, tres vanos (que bien podían tratarse de tres ventanas) y rematada por merlones. Al igual que la iglesia, sus muros se dibujan compuestos por sillares de tamaño y módulo regular, cuando este edificio está construido en sillarejo. En su elaboración parece que el dibujante se ha tomado ciertas libertades.




Entorno a estos dos elementos principales se desarrollan las viviendas, construcciones de volúmenes cúbicos con cubiertas a dos aguas (presumiblemente de teja mora o de medio cañón) cuyos muros se representan a base de sillares, lo cual es una licencia del dibujante dado que las edificaciones de esta zona, tradicionalmente, se realizan en mampostería y tapial. Sólo en dos de ellas vemos algunos vanos, en concreto tres ventanas y una puerta y sin embargo, aunque debieron haberlos, tampoco hay humeros. Y tampoco observamos viviendas que destaquen sobre otras, ni casa fuerte (como en el caso de Monda) todas son muy similares. 


 


Otro de los elementos más destacables del dibujo y que casi puede pasar desapercibido, es el cauce fluvial. Se trata de la acequia del Chorro, cuyo nacimiento aparece representado un poco más arriba, cuando sabemos que realmente se encuentra a los pies de Sierra Blanca, a una distancia mucho mayor. El agua discurre, como en el caso de Tolox, por las “calles”, entre las viviendas y edificaciones. Este es un elemento de vital importancia porque ha sido esa acequia la que ha provisto de vida a las huertas  y a los vecinos de Istán desde hace siglos e, igualmente, ha movido durante cientos de años las piedras de sus numerosos molinos harineros y, en su momento y de forma más efímera, las de la fábrica (de luz) de San Miguel. Hoy día la vemos aparecer en la fuente y lavadero del Chorro, obligado lugar de visita para toda aquella persona que quiera entender la idiosincrasia panocha, pero más arriba continua hasta el nacimiento por un bellísimo paseo, el de las acequias moriscas, muy recomendable si algún día decides visitar Istán. Aguas abajo, hace ya muchos años que se cubrió y discurre bajo las calles. Ciertamente, junto al cauce que aparece representado en el dibujo, se observa una nutrida arboleda.



Finalmente hay que destacar la representación de vegetación arbórea, entre la cual sólo podemos distinguir por su porte y liviandad, una esbelta palmera. El resto de los árboles y arbustos es sumamente difícil discernir. 


Una última reflexión: ¿Desde donde se realizó el dibujo? ¿Dónde se colocó el dibujante para inmortalizar el pueblo de Istán en aquellos años? 


©  Diego Javier Sánchez Guerra